Cuánto lo intentamos

No es mentira, el tiempo si cura

no existe ya ni un ápice de ti en mi cuerpo

te he soltado suavemente

y cada año que pasa

todo se vuelve más sencillo

se siente correcto.

Vuelvo a mi ciudad

que alguna vez y durante mucho tiempo

compartí contigo

te llevé a mis rincones favoritos

de mi cuerpo y de la urbe

que alguna vez fueron lo mismo.

La enorme avenida

en mi columna

nuestro museo favorito

en el esternón

una tras otra

sinagogas blancas y dientes

un monumento en las ingles

y el atardecer perpetuo en mis mejillas.

Atravieso un nuevo invierno

el tercero para ser exactos,

te siento tan lejos e inmóvil

te pienso en una ciudad distinta

con otras personas y un nuevo amor

que no será el mío.

Un lugar desconocido

donde ya no podrás lastimarme

donde te quedaste para siempre

en alguna de aquellas calles

que fueron de luminarias y risas

de noches de esperanza y un café caliente

de tomarnos de la mano

y tocarnos en silencio

esa calle que será de todo aquello

que jamás hicimos.

Caminé la misma esquina

donde no me concediste aquel baile

el último que tendríamos

 y del que después nos enteramos,

estaba helando y me soltaste la mano

me rompiste

y apagaste una luz recién nacida.

Hoy ya no siento lo mismo

nada es igual

porque el tiempo si cura

aunque dejaste estragos,

fuiste mi falso cognado

error de paralaje

fallo en el sistema

mataste todo nuestro lenguaje

y nuestro código binario,

hoy ya todo está resignificado

la esquina, el baile, el hielo y la luz,

la ciudad, mi cuerpo y todos mis rincones.

Sané.

Cuanto lo intentamos…

Nunca pude darte lo que deseabas

no pudiste ser lo que quería,

de verdad que lo intentamos

¿Verdad?

Fue lo mejor

bajar la guardia

darte las gracias

quitarme la armadura

dejar sanar las heridas

porque el tiempo las cura.

Porque ya no te extraño.

Ya no te amo.

Porque nos dolía.

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