Rapsodia para un escándalo

Dedicada al 100 aniversario del nacimiento de R Garibay

Ricardo Garibay escribió este libro después de Lo que es del César (1970), el mismo año que saldría a la luz su célebre La casa que arde de noche; librofundamental de Garibay, que le daría el premio al mejor libro extranjero publicado en Francia, en 1975. Este libro difícil de clasificar aparece 25 años después de su primer libro (La nueva amante, editado por la Universidad Autónoma de Puebla, en 1946). Garibay fue un escritor prolífico que incursionó en el cuento, la poesía, la novela, la crónica, ensayo, reportaje, guion cinematográfico y la memoria.

​El mismo Garibay explica en el prólogo, que lo que encontrará el lector en las páginas del citado libro, es una colección de pruebas de artista, esto es una “obra acabada, pero inconclusa, que anuncia una obra mayor y que es mera búsqueda”. Otra manera de entender su contenido, es definiendo un cajón de sastre. ¿Qué es un cajón de sastre? Los sastres debajo de su mostrador usualmente tienen una gaveta en donde tiran de todo: telas, botones, tijeras, hilos, cierres, dedales, agujas. El término se refiere entonces a un conjunto de cosas diversas y desordenadas.

​En estos 65 textos seleccionados por el autor, nos entrega textos recogidos de entre marzo de 1967 y mayo de 1970, generados en su quehacer de periodismo, cine, televisión, publicidad, novelas, cuentos y hasta durante sus viajes.  

​Garibay explora una gran cantidad de temáticas: historias antiguas, como Del prestigio de CaínCuento antiguo y Antiguos jefes bárbaros; personajes famosos, como Chaplin, Borges, VladyLeón Felipe y Rubén Darío; detalladas descripciones de la ciudad de México, como en Teatros, carpas y tenderetes, Casas, chozas y palacios, De judas y juderos y muchos otros. No solo describe el paisaje mexicano y particularmente el de la ciudad en que le tocó vivir, sino sus anécdotas, costumbres y rarezas, como en Domingo de Ramos, Natividades de hoy y siempre, ¡El carnaval, ah, el carnaval!, por citar algunos.

​Si bien hay ficción en esos breves textos, también hay una vena autobiográfica clara y luminosa. De la misma manera que en Fiera infancia y otros años Garibay narra su infancia y juventud, pero al mismo tiempo hace una fotografía impresionante de la ciudad de México en sus años de infancia y juventud, en Rapsodia para un escándalo, también nos regala con esas detalladas y deslumbrantes postales de un México que ya se fue.


​En estos breves textos el autor nos confirma lo que ya sabemos de el: que es implacable, un autor que por sobre todo tiene que decir lo que le tocó vivir, con una honestidad absoluta y a prueba de todo. No fue un personaje que se amoldara a sus congéneres, sino que se exigía y exigía de los demás un proceder absolutamente recto y sin dobleces.

​Garibay fue poseedor de una capacidad extraordinaria para captar los más mínimos detalles a su alrededor y en conjunto con su prodigiosa memoria convertirlos en hermosas y profundas palabras. El manejo que tenía del lenguaje era impresionante, las palabras que elegía para describir eran siempre certeras, poderosas y sencillas a la vez. Alguna vez se le criticó su manejo de lo coloquial en algunas obras, pero lo que no debemos olvidar es que, para llegar a esa etapa, el dominó primero el lenguaje de una manera impresionante.

​En estos días que se cumple el primer centenario del nacimiento del Hidalguense, deberíamos aprovechar el pretexto para leer y analizar a Garibay. En cualquiera de sus facetas, como narrador, poeta, cronista, o dramaturgo. Leamos sus grandes obras autobiográficas, como Fiera infancia y otros años y Cómo se gana la vida.

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