¿Cómo usar las pesadillas?

Usar las pesadillas a nuestro beneficio podría no parecer sencillo cuando lo que menos deseamos es recordar las sensaciones que experimentamos en ellas, pero está en la naturaleza humana recordar con máximo detalle lo que nos hace sufrir. ¿Así que por qué no usarlas como potencial material artístico?

Muchos escritores maestros del terror han plasmado las suyas o parte de ellas en sus historias. Para Gabriel García Márquez era importante que no lo despertaran si se daban cuenta que padecía de una durante sus sueños. Cada nuevo horror de en la mente de Gabo se transformaría en un increíble cuento. Una de sus primeras historias inspiradas en pesadilla fue la de un fauno que se subía al tranvía en el que él viajaba.

La pesadilla aparece constantemente en el trabajo de Gabriel García Márquez ya sea en forma de relatos o como situaciones que también experimentaban sus personajes: telarañas en las que es inevitable enredarse, hombres pálidos de levitas grises que apuñalan mientras sonríen, mujeres que ahorcan con cintas rojas o incluso asistir a su propio entierro.

 Gabo publicó una columna en el Heraldo el 16 de junio de 1950 titulada La pesadilla y también designó tres categorías para sus pesadillas: las terroríficas, las absurdas y las perfectas.

 Julio Cortázar publicó en 1946 su cuento Casa tomada.  Un año antes lo había escrito sin detenerse después de haber experimentado una pesadilla. Muchos años después, en 1982, publicó otra historia relacionada, con el nombre de Pesadillas, haciendo un paralelismo entre los terrores del mundo onírico con los de la realidad. En este cuento nos hace ver cómo seres reales e imaginarios pueden convivir en un mismo lugar.

 H. P. Lovecraft era noctambulo y solitario. Tal vez dormía durante el día para que sus pesadillas que ya de por sí eran aterradoras, no tomaran aún más poderío sobre su existencia. Este genio desarrollaba a tal grado sus sueños que afirmaba que tenía un alter ego particular para ellos, llamado Dr. Eben Spencer. Existe una carta escrita en 1921 en dónde Lovecraft le narra a su amigo Reinhardt Kleiner una de sus pesadillas, y otra carta de 1933, donde a Robert Bloch le cuenta otra.

Varios de sus relatos bien podrían ser la perfecta pesadilla para otros como, por ejemplo: La tumba, Más allá del muro del sueño, Hypnos, entre otros.

Stephen King escribió el resplandor después de haber tenido una pesadilla en el Hotel Stanley en Boulder, Colorado. Y tras quedarse dormido en un vuelo con destino a Londres, soñó con la psicótica fan de un escritor, y así nació Misery.

Mary Shelley debido a un prolongado invierno se vio la necesidad de resguardarse junto con otros poetas románticos ingleses en Villa Diodati. De las discusiones literarias con sus amigos derivaron las ideas que gestaron en su mente la pesadilla que le daría vida a su monstruo Frankenstein o el moderno Prometeo.

Estas curiosas situaciones me hacen preguntarme ¿cómo es que influyen los lugares en los que conciliamos el sueño para provocarnos pesadillas?

Robert Louis Stevenson tenía en su mente un desordenado torbellino de ideas respecto al trastorno de personalidad. Estás estaban tardando en tomar forma hasta que una noche una pesadilla le ayudó a organizar la siniestra historia. Su esposa lo despertó al ver que gritaba. A lo que Stevenson le dijo “¿Porque me despertaste? Estaba soñando con una dulce historia de terror” Dr. Jekyll and Mr. Hyd.

También hay pesadillas que sobrepasa los territorios del subconsciente para implantarse en la realidad. Pienso nada más y nada menos que en Edgar Allan Poe y su atormentada vida la cual parecía extraída de un mal sueño. Una aportación importante en este ámbito de lo pesadillesco de su parte son sus poemas Un sueño dentro de un sueño y Dreamland.

Después de este breve recorrido por algunas de las historias más famosas inspiradas en pesadillas dime ¿Te han dado ganas de escribir las tuyas? Recordemos que las parasomnias, cómo las llaman los médicos, pueden dar pie expresiones geniales cuando los artistas esclavizan a sus efialtes y los obligan a trabajar en sus proyectos.

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