La lengua rosada
I. La muerte vuelve a llamarme más decidida, la muy perra. Pensé en ella tantas veces desde niña, cuando abría la ventana de mi cuarto y miraba hacia la azotehuela de los vecinos, cinco pisos más abajo. Sentía el impulso de subirme a una silla para alcanzar el alféizar deCuéntame más…