Nunca es fácil atrapar a un lector con un solo cuento. Se necesita comenzar con algo fuerte que lo induzca a continuar. Sin embargo, cuando se trata de un compendio de historias, cada cuento puede incitar.
El cuerpo del deseo, de Daniel Zetina, inicia con un cuento de humor retorcido, que busca ser una sátira de cómo la fama, el poder y ser contrario a una ideología puede subírsete a la cabeza, para convertirte en algo que no eres, usando de referencia a una figura conocida como Fernando Vallejo, autor real del libro La Puta de Babilonia.
Lo que tiene un compendio es que marca un ritmo, una pauta para los demás cuentos que se presentarán. En un principio pensé que sería una sátira hacia otros autores, y, aunque en cierta medida lo es, como en Babilonia contra la fe y en El tipo, más que nada el contenido ofrece ironía representada en diferentes espacios de tiempo y lugares de México, mencionando espacios como Guerrero —de donde soy natal—, la capital del país, Morelos y más.
El cuerpo del deseo también trata temas como el adoctrinamiento, la falta de confianza, y otros tan comunes como el regreso de la pasión matrimonial con algo tan simple como el cambio de rutina —que muchas parejas no hacen por comodidad o costumbre—. Algunos cuentos toman el tema y lo presentan con humor, para darle al lector una lectura amena que puede leerse en una sola tarde por su poca complejidad.
Sin embargo, esto no significa que no pueda abordar temas serios. En el segundo cuento, Tiempo de Paz, que trata principalmente sobre el terrorismo y la influencia para que un humano —por no decir hombre— lo realice, es disonante con el tema de la obra que más de una vez me dio una carcajada y, en varios cuentos, me contó una historia simple de una vida tranquila.
En sí, la obra no es fantasiosa, es realista. Por ello, resulta discordante Carmina o la falsa primavera, una historia de vampiros pura, bruta y pasional, que personalmente me atrajo, aunque me dejó con mal sabor de boca por su final inconcluso; podría extenderse mejor para culminar de una manera más satisfactoria. Zetina debería rediseñar ese concepto en una obra aislada del resto.
Considero que este libro funciona para dos tipos de lectores: aquellos que no buscan aprender absolutamente nada, solo pasar el rato; y para aquellos que buscan enseñanza. Para el segundo grupo, podemos analizar los cuentos para descubrir cómo la mente humana funciona de manera maquiavélica para destrozar a otra y robarle su esfuerzo para enaltecerse. También nos muestra cómo por querer algo mejor, a veces, se pierde la oportunidad de encontrar la felicidad. Y las locuras de un pervertido que te malenseña a conseguir un objetivo. O cómo la adulación excesiva puede convertir a una persona en aquello que alguna vez juró destruir —haciendo referencia a un chiste juvenil—. Y los cambios de hábitos por culpa del interés excesivo.
El cuerpo del deseo es fácil y sencillo, con pocos tecnicismos. Usa mucho la sátira para enseñar que la ironía es parte de una vida, que nosotros podemos predicar algo diferente a lo que realizamos y es, en lo personal, ideal para pasar el tiempo sin llegar a ser superficial.
Cabe aclarar que no es apto para menores de 13 años al abordar el sexo, el humor negro y la usurpación. Es recomendable tener cierto conocimiento de la moral social antes de adentrarse en la obra, para no interpretar erróneamente las acciones de los protagonistas de cada cuento, que buscan, la mayoría, su propio beneficio, ya sea sexual, espiritual o mental.
El cuerpo del deseo puede conseguirse en: https://libreriaedicioneszetina.librantida.com/?p=1&id=3357

Soy Edarty Ramírez, una escritora acapulqueña, licenciada en Comunicación y Relaciones Públicas. Autora de la saga Entre el Tiempo y el Alma, así como del próximo libro Eterno y Perpetuo. Tengo 23 años. Desde pequeña, soy aficionada a la cultura, la mitología, la lectura y la escritura. Soy periodista, trabajo para Trasfondo Informativo; he colaborado con Nine, Gaseta 25, Al Momento y varios medios de información. Fui columnista en Acapulco Club