Narrativa (Page 122)

Llegué a Tepeyanco en el auto nuevo que mis padres me obsequiaron al terminar mis estudios de especialidad en cirugía. Busqué el hospital en donde iba a trabajar, di varias vueltas entre las calles sin encontrarlo. Le pregunté a un señor que salía de su casa: –Disculpe usted, ¿dónde estáCuéntame más…

Bebí mi taza caliente de canela que hizo mi madre para merendar, o tan siquiera intentar calentar un poco la panza. No se podía estar con el ventarrón de afuera. De sorbitos le bajaba el condenado frío a la noche. Temblaban mis manos al sujetar la taza de barro, peorCuéntame más…

—¿Conde? Pero si en México no se reconocen los títulos de la nobleza. Usted no es más que un hombre muy extraño a quien he soportado porque paga muy bien; pero si quiere seguir tratando con todas mis chicas, le advierto que le cobraré el doble, porque no se quéCuéntame más…