Arena entre las manos y otros poemas

ARENA EN LAS MANOS

Una manecilla alcanza a la otra

como si le importara o eso

significase algo.

El diámetro del neumático es imposible

como quedó en evidencia

con el crecimiento de esa flor pequeñita y deforme

por la falta de nutrientes.

Las ramas de metal arañan

la música de la araña violinista y líquida

con quelíceros de mercurio que resplandece

con el rayo mínimo.

Si sólo respondiera el gato metamorfo

tendríamos la respuesta que fingimos buscar toda la vida

antes de darnos cuenta de su inutilidad.

Cero uno

uno uno uno

cero uno

tejió de un lado a otro de la bipartición de la rama espinosa en la ceiba

la distancia era la misma:

los codos fríos

las manzanas frías

la bicicleta en reversa y ahí la telaraña

muy bien dispuesta, simétrica, resistente

almidonada como estos adjetivos

que ahora pongo en una sonrisa verde tornasol

que espejea retráctil

lanzando ráfagas de dolor punzante

tan visible como el reflejo mercurial, lunar

ese brillo de muerte:

la niña blanca que tiene tus ojos.

.

OBJETO

Fallamos:

para describir un agujero negro pensamos en recipientes llenos

que trasladan este líquido que es

onda y partícula y

no podemos decidir siquiera.

las cuencas están vacías

nada fue verdadero

ni falso

hace tiempo le llamamos extramisión: nosotros

hacemos la luz

o no: es solo inevitable

y la decisión era lo único que importaba

no queríamos esta incertidumbre

como agua en la mano que dicen

se va

pero no es lo que ocurre, mira y verás

que no es lo mismo. Importa

la diferencia

la forma tras la oscuridad de los ojos

que no son nada sino lo que une

mientras lo concreto es la grieta.

.

OTRA MÁQUINA

La distorsión te entró en el cuerpo como una montaña rusa espía rusa ruleta real sin los dados de dios

y la curiosidad giraba como ojo de mosca en el remolino del oído

zumbando dentro del movimiento de polilla que vuelve vuela célula que sabe:                                                                 el centro existe cuando se busca

                                                                                              y se ha hecho un mapa con la nariz

                y las dimensiones pasadas aparecen

con ciudades que recorren los caminos de tu sangre espesa y apenas muerto

empezaste a vivir

y la electricidad en tus neuronas enciende planetas mientras la espiral toma otros rumbos

y la memoria del sonido vuelve al origen

y el último escarabajo amasa la última bola de excremento y quiero ir

donde los elementos se formaron para que algo se mueva

donde nadie dice

“es bello”

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