RENACER
Me estoy acostumbrando a morir cada día,
y a revivir a borbotones,
sucumbir entre emociones y desmayos,
resurgir con la aurora.
Estoy engalanando las horas y mis pasos,
extraviando las emociones sin acierto,
aprovechando el viento del verano,
y con ello mantener el aliento.
Abatir todo empalme con la duda,
encontrar la viveza de la tarde,
apostar al suspiro de la noche,
restablecer el gozo de la vida.
Estoy adiestrando la mirada compartida,
con la silente madrugada,
ambicionando el ajetreo,
de dejar el sueño sobre la almohada.
Con los latidos desorientados,
del corazón agitado,
embestir el entusiasmo con anhelo,
y empaparlo con frescura del presente.
Estoy buscando la sinfonía de la vida,
al vaivén del corazón,
la tibieza del mirar,
el ocaso y el otoño.
Encontrar en las horas por venir,
la estación de la ventura,
el calor de la esperanza
abrazando el alma.
Estoy caminando sin temor,
a la vista de la noche,
convergiendo sin rencor,
entre sombras y entre luces.
Cobijando entre las manos,
sutiles desencantos,
albergando con amor,
los suspiros del mañana.
Con la mirada inquietante,
me despido cada día,
la viveza de mi ser,
me conquista con locura.
Estoy renaciendo con denuedo,
mi imagen se deleita,
con el sol en el horizonte,
y el día apenas empieza.
.
ESPERA
Ella surgió envuelta de timidez,
atrapada en sueños de tarde,
él con la incertidumbre si acudirá
al encuentro del latido del viento
a los suspiros impacientes del corazón.
Alimentando esperanza, él esperó,
no hubo un adiós, tampoco un hasta luego.
Solo fueron dos miradas
un anhelo.
.
PALABRAS
Palabras al viento
envueltas de olvido,
descubrir su esencia
del ayer, hoy y mañana.
Palabras con mayúsculas
palabras que sacan suspiros
palabras sin acento escrito
palabras que alumbran al corazón.
Palabras imborrables
por las mañanas y por las tardes,
noches de insomnio
colmadas de escritos.
Palabras saturadas en el recuerdo
palabras en busca de una respuesta
palabras que se quedan sobre la piel
palabras sibilantes de alcoba.
Palabras en armonía con la brisa
sucumben entre las ramas de los árboles,
se replican en el eco de la montaña,
se escuchan en el abisal de la razón.
Palabras que fluyen de emoción
palabras de exquisitas sensaciones
palabras con sonidos emblemáticos
palabras con sabor a luna llena.
Palabras escritas con franqueza
salpicadas de esencias infinitas,
poseedoras de secretos milenarios,
envueltas de la historia matutina.
Palabras escritas con gozo de colores
palabras esdrújulas y sobreesdrújulas
palabras que se escuchan en unísono
palabras en tropel de frenesí.
Palabras que sucumben en la mente,
que se estampan en papel,
con destreza de maestro,
e ingenio de aprendiz.

Soy María Alejandra Paz Gutiérrez, morelense de corazón y oriunda del Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Inicie mi camino por la escritura a los 17 años, en la lejanía de un país extraño y con la seguridad de que me acercaba así a mi hogar. No es, sino hasta hace siete años, que escribo con la guía de diferentes talleres, tomados con insistencia y descubrir que las palabras son buenas compañeras. Mi alma tiene 69 años, y sigue guardando la inquietud de los 17.