¿Qué puede salir mal?

Si realmente eres una mala persona, vas a volver como una mosca y comerás mierda.
Kurt Cobain

Nuevamente es 31 de agosto, el día de su cumpleaños esta vez cayó en martes. Isaac regresa a casa con los sentimientos encontrados. Esta tarde le pidió a su ex que le dejara ver a la bebé para celebrar su cumple. Elena le dijo que no y colgó el teléfono. Antes de salir de la chamba, sus compañeros del trabajo le hicieron un breve festejo. Lupita de RH le compró un café y Karina de contabilidad le llevó una rebanada de pastel con una vela encendida. Chiquita. Reciclada. De color rosa. Entre todos los empleados de la oficina de IZZI le cantaron el happy birthday. Mario, el otro hombre de la oficina, le dijo que fueran a beber unas chelas y a darse un taco de ojo con las chicas de Hooters. Isaac declinó la invitación: otro día, carnal, le dijo.
En la misma plaza comercial donde trabaja hay un outlet Adidas. Entró a la tienda con la confianza que sólo da la certeza de la quincena en la cartera. De inmediato se dirigió a la zona donde ya había visto los Adidas Surf. La oferta seguía vigente. Pidió a un vendedor unos de su talla, en color azul. Después de unos minutos aquél empleado, con el gafete torcido y de nombre Juan Ramón, regresó con lo solicitado. Isaac se calzó los tenis, le quedaron de lujo. Aunque desearía estar con la pequeña María Daniela, los tenis eran algo que anhelaba, su auto regalo de cumpleaños. El empleado le notificó que su compra tenía un bono adicional del 10% pagando con tarjetas de nómina. Isaac se apresuró a pagar y se los llevó puestos.

Amanece en la CDMX. Juan Ramón sabe que será otro día lluvioso y deberá lidiar con la ansiedad y los ataques de pánico que le provocan el estrés del fin de mes. Faltan más de treinta pares para lograr el objetivo. Será difícil lograrlo, pero se resiste a perder la esperanza. Todavía no son las siete de la mañana y en el grupo de vendedores de Whatsapp tiene mensajes sin leer. Sabe que seguramente es Lily, la gerente que insiste en aplicar burdas estrategias de motivación para lograr las metas. Será una jornada dura, piensa que la gente no tiene dinero, el dólar sigue subiendo y el fin de sexenio genera miedo en la gente. Además, Adidas en una marca cara y cada vez cuesta más trabajo lograr los objetivos impuestos por la empresa. Debería renunciar, pero dejó trunca la carrera de diseño gráfico y no sabe hacer otra cosa. Cree que es una fortuna todavía ser joven y no tener otras responsabilidades. Se levanta de la cama y busca con la mirada el uniforme. No se secó, sigue húmedo, tendrá que secarlo con la plancha. Conecta el aparato al enchufe y se da cuenta de que no hay energía eléctrica, maldice. Consulta la hora en el celular, son las siete con quince. Debe salir de casa antes de las ocho para llegar puntual a la plaza. La batería del teléfono está al 9%, maldice por segunda vez. Sale del departamento a prisa, azota la puerta. El led de la plancha enciende, la energía ha regresado.

Elena sabe que hoy es el cumpleaños de Isaac. Está segura que le pedirá ver a la niña. Él no sabe que no es su hija y nunca lo sabrá. Conoció al padre de su bebé hace algunos años cuando asistió al Festival Vive Latino con su prima Gabriela; fue la edición que se celebró en el año de la pandemia, cuando la humanidad ignoraba la amenaza del virus. Ahí coqueteó con un chavo, intercambiaron teléfonos, se sentía libre de los ojos celosos de su novio Isaac. Esa vez él no pudo ir porque se sintió mal y su boleto lo usó Gaby. Después de unas semanas lo diagnosticaron con Covid. La pasó muy mal, pero sobrevivió. Elena y aquél joven de nombre Juan Ramón bailaron intensamente las canciones de Carlos Vives, y se dieron el primero de muchos besos cuando Andrés Calamaro subió al escenario. La cuarentena de Isaac permitió el idilio pasional entre los nuevos amantes. En el teléfono de Elena todavía está su contacto guardado como: Kolajeno VL.

María Daniela despierta, no logra entender qué salió mal. Le parece que fue hace unos instantes cuando flotaba en el éter. Ya no recuerda con precisión en qué momento decidió volver. Sabe que lo hizo consciente y que tuvo razones válidas para elegirla a ella y a él como padres. “Las almas necesitan trabajar sus impurezas antes de volver a la fuente”, alguien o algo le dijo eso, pero no recuerda bien. Sólo sabe que ya está aquí y entre las nalgas tiene algo que le raspa. Huele a orines. Tiene frío y quiere comer. Llora.

Isaac entra a la propiedad donde renta un pequeño cuarto en la azotea. Ahí cayó después del divorcio con Elena. Un compadre de un primo le renta el espacio, por el mismo costo le incluye el agua y el servicio de Internet. Quiere darse una ducha, pero hace frío. Cuida cada paso porque no quiere ensuciar sus tenis nuevos. La mascota del dueño de la casa es un simpático perro, de esos que les dicen rescatados y cuya raza es una mezcla imposible de rastrear; se llama Patton, Mike Patton. Además de simpático, el perro tiene el don de cagar abundante en todas partes, incluso en los rincones donde parece imposible.
Isaac ingresa a su cuarto y enciende la luz. Sabe que pronto iniciará el live del Temach por Youtube. Es martes de modo guerra, se repite en la mente y se tira al piso para hacer 30 lagartijas sin parar. Sobre la mesa hay una manzana amarilla, esa será su cena. Enciende la compu, deja la mochila en el piso y coloca la camisa de su uniforme en la silla metálica que tiene impreso el logo de una cervecería. Se sirve agua en un vaso plástico con la imagen desgastada de los Avengers, le pega un buen trago antes de ponerlo sobre la mesa. Se mira en el espejo el torso desnudo, se toma una selfie, siente orgullo del nuevo físico que poco a poco va esculpiendo.
En la compu ingresa a Youtube, un tipo sin cabello grita frenético. Isaac se frota las manos, le emociona escuchar a su gurú de Internet, sabe que en pocos minutos dejará de sentirse mal por la negativa de Elena. Entrará en modo guerra y se promete hacer más lagartijas antes de dormir, mañana será un nuevo día. Antes de sentarse, se dice en voz alta, casi como un grito: felicidades, cabrón, feliz cumpleaños. Se viste una playera con la figura de Bugs Bunny y Taz, ambos personajes disfrazados como hinchas del Cruz Azul.

Juan Ramón regresa a casa, se siente victorioso, en la tienda lograron el objetivo de ventas y él vendió el último par a un empleado de IZZI. Encuentra a su casera en la entrada del edificio. Ella le reclama que estuvieron tratando de localizarlo durante todo el día. Le explica que se quedó sin batería y no pudo cargar el teléfono en el trabajo. La sonrisa que lo acompañó de regreso a casa se derrite más rápido que un helado en verano. ¿Qué sucede?, pregunta. Tu departamento se incendió, llamamos a los bomberos, por suerte lograron evitar una tragedia mayor. La plancha que dejaste encendida provocó el fuego. Juan Ramón recuerda que en la mañana salió a prisa del departamento y no desconectó el electrodoméstico. Siente un recorrido frío en el cuerpo, en la nariz le brotan pequeñas perlas de sudor. La casera le dice que debe pagar todo lo que se quemó. Un fulano delgado, de bigote curioso, se suma a la charla; se presenta como el abogado de la dueña, le dice con tono de amenaza que debe firmar unos documentos y comprometerse a la restitución de todos los daños.
Juan Ramón piensa que hay un karma negativo que lo persigue. Me lleva la chingada, maldice.

Una mosca pasa volando frente a Elena; sabe que antes de irse debe darle su biberón a María Daniela. Quedó de verse con Gaby y su novia, irán a bailar, es viernes de salsa. Lily, la nueva novia de su prima, le cae bien, tiene un buen trabajo como gerente de una tienda Adidas, además les comparte el acceso a Netflix y quiere mucho a María Daniela. Antes de irse le sacará el aire a la bebé, pronto llegará la niñera. ¿Qué puede salir mal?

María Daniela regurgita la leche manchando el hombro de su madre. Un gusto acedo se instala en su boca. Los gritos de la madre no la perturban, todavía no los entiende. Sabe que pronto le volverá a doler la barriga y nuevamente cagará ácido. Las llagas entre las nalgas no le han sanado, sigue pensando que algo salió mal. Llora.

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