Héctor Julián

La cama neumática arrojó a Juventino como a una hojarasca. Brazos robóticos sostuvieron el cuerpo incompleto mientras untaban esponjas en arrugas, cicatrices, muñones. Después del baño, continuaron más humillaciones: la inserción del tubo de bolo alimenticio semidigerido en una herida abierta a la altura del esófago y el masajeo deCuéntame más…