Palabra
Ahí les dejo
mi palabra,
sin vaticinios
ni profecías,
solo ella,
desnuda,
dispuesta
a contestar
por qué el mar
se acostumbró
a tantos adioses,
por qué el espejo
se guarda cosas para sí,
por qué la noche
empieza tan tarde,
cuando los labios
ni siquiera están húmedos.
Ahí les dejo
mi palabra;
el que quiera oír
que oiga, y el que no,
que la dejé seguir
tocando otras puertas,
otras almas,
otros destinos…
.
ADVERTENCIA
Cuidado con aquel
hombre que repite
viejas canciones
sin cansarse,
como si de ellas
dependiera la vida
de todo el mundo.
No le abras la puerta,
ni la ventana,
menos tu corazón.
A lo mucho,
arrójale un trozo de pan.
Es un poeta necio,
y los poetas,
ya se sabe,
son poco de confiar…
.
NAVIDAD
Un niño de 2000 años
ya no es un niño
sino un viejo milenario,
un viejo conocido
por mí, por ti,
por todos…
Un viejo amor
que recordamos
solo cada 25
de diciembre.

Jorge Ampuero (Ecuador) nació en la hacienda Los Álamos, del cantón Naranjal, el 12 de enero de 1970. Pequeño aún partió con su familia a Guayaquil, ciudad en la que estudió periodismo e hizo la mayor parte de su vida profesional. Trabajó en Diario Expreso, primero como corrector de pruebas y después en las secciones Internacional y Cultura, siendo este último espacio el que le daría la oportunidad de encontrar su verdadero oficio: cronista cultural. Posteriormente, colaboró con Diario El Telégrafo, en la sección Retrato y haciendo crónicas de viajes. Por un breve periodo trabajó en El Diario, de Manabí, El Mercurio, de Cuenca, y la revista Mundo Diners. Actualmente dedicado a la agricultura, se da tiempo para colaborar con la revista digital Bagre Life y el portal Los Cronistas, dirigido por Rubén Darío Buitrón. Admirador de César Vallejo, Roy Sigüenza, César Dávila y David Ledesma, entre otros, desde muy joven ha escrito poesía y se ha valido de las redes sociales para su difusión.
