Latido de luz y otros poemas

latido de luz

de niño creía que el corazón

era una linterna

que se apagaba y se encendía

en un hueco del pecho

y que su foco

era un tambor de alambres

que iluminaba el cuerpo entero

cerraba los ojos

y buscaba el eco encendido

su luz con fragmentos de voz

y palabras ocultas

nunca hallé el significado

de tantos soles escondidos

ni el sentido del ritmo

donde mi cuerpo aclaraba

todos los rincones de mi sangre

sólo me quedaba

con el tambor y sus alambres

repletos de ruido

y con la linterna

que se apagaba y se encendía

hasta llenar

con un estruendo blanco

el cuerpo niño

con el que aprendí a sobrevivir

.

gotera y ternura

aún recuerdo a los conejos en mis manos

su cuerpo que temblaba

en medio de las grietas de mis dedos

su tristeza que escurría

del corazón a los ojos

y luego estaba yo: niño, testigo, marica

carne de fe bajo el cielo que corre

gotera y ternura en la oración de mis huesos

porque entre bestias siempre hemos entendido

el crujido, la hemorragia

y todos estos pasos

entre bondad y cuchillo

entre rezos y verbos que cortan

y en el centro, en toda esta herida,

sólo nos queda mirarnos y celebrar las suturas

esos hilos de pellejo y memoria

donde entendemos las crueldades, las sonrisas

y todo este desollamiento de dolor, de esperanza

donde nos entregamos al viento

para recordar que la sangre renovada

es lo más parecido a la victoria

y a las lágrimas blancas de dios 

.

juego de memoria

en el bebeleche que brilla 

cantamos sombras lejanas

seguimos el curso del día

en voz de memoria y sus lagunas

trazamos palabras que cambian

con el paso de las horas

risas

una piedra tirada

que nos lleva al ayer

a toda esa niebla y sus colores

años que nos cuentan los pies

mientras surcamos

esa línea del suelo

brincamos para regresar

a esos cantos lejanos

caemos para despertar

en el ahora

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