Narrativa (Page 68)

Había algo obsesivo en la forma en que Federico devoraba los libros de Sir Richard J. Evans. Sentado junto a la lámpara amarillenta de su habitación, el reloj en la pared marcaba las horas sin tregua, pero él apenas parpadeaba, sumergido en las páginas densas que desplegaban, una tras otra,Cuéntame más…

Yael despertó con un grito. Creyó que su vecina había encontrado a su esposo con la amante, pero no fue así. El grito lo pegó él mientras dormía, o mejor dicho, cuando intentaba despertar de la pesadilla que lo envolvía noche tras noche. Todo había comenzado cuando perdió el relojCuéntame más…