Octambulantes
Avanzamos entre el tupido follaje que cubría las abandonadas calles y avenidas. Montículos de pasto y hiedra marcaban los lugares donde alguna vez quedaron apagados, inermes, autos y camiones. Dereth, adelantado una decena de pasos, hizo la señal para detenernos y agacharnos. Deslicé mi mano izquierda por cuarta o quintaCuéntame más…