Delirio
Mi hermana Conchita no está. Tampoco Brígida ni Eréndira. Quizás lleguen más tarde. Leonardo y Cruz se apoltronaron en la carretilla que reposa en el jardín. Bien que los puedo devisar desde aquí, con sus risas a media voz para que no los escuche y se cuenten sus secretos sinCuéntame más…


