El vecino
Se asomó por la ventana y no pudo más que arrugar la nariz. Entre sus cejas se hizo más profundo el surco. No entendía a las personas. Caminaban por las calles como si nada, portando estúpidas sonrisas y pensando que la vida era maravillosa. Para él, no. Bajó las escalerasCuéntame más…