Eustaquio Mirón
Somnoliento y perturbado, Eustaquio Mirón abrió su cuaderno de apuntes y, uno por uno, empezó a guardar a los personajes de su cuento. Ya llevaba varios días con esas criaturas literarias deambulando como fantasmas por la casa añosa y desdentada. El desasosiego en su corazón le impedía concluir la trama.Cuéntame más…