Insomnio recurrente

Son las tres de la mañana. El insomnio se apodera de ti. Como es habitual en estos casos, das vueltas en la cama logrando que las sábanas y las cobijas caigan o se enreden en tus pies. Cubres tu cabeza con la almohada, abres y cierras los ojos constantemente. Enciendes el celular y buscas en YouTube: “Música para dormir en menos de cinco minutos”. En fin, no sabes qué hacer para conciliar el sueño. Escuchas murmullos. A lo lejos, el carrillón de la iglesia indica que el festejo para la Virgen de Guadalupe inicia. Las sombras de los árboles y plantas reflejadas en tu ventana te parecen grotescas pinturas del Renacimiento.  En el techo se escuchan pasos ligeros: el tlacuache trasnochador hace su visita de rutina.

Recuerdas entonces que a las siete de la noche tomaste café: “¡Tonta de mí, no debí hacerlo!!”  Te sermoneas entre dientes.

Dispuesta mejor a vivir, das la última vuelta sobre la cama y te levantas con el sosiego propio de tu edad, ya que un movimiento brusco hará que proteste alguna articulación de tu frágil cuerpo. Enciendes las luces y caminas hacia la sala. Observas el jardín que rodea la casa y decides salir. Sientes en ese momento una vaharada de aire fresco. Una ligera neblina cubre el pasto y las copas de los árboles, típico del invierno en la zona montañosa.

Ves con asombro que de los árboles cuelga, en lugar de frutos, algo luminoso, tal como algún día soñaste… “¿Y si en lugar de frutos crecieran diamantes o alguna piedra preciosa?”

 ¡Tu sueño hecho realidad!

 “¿Qué haré con esta gran cosecha? -Te preguntas con entusiasmo-. Un valuador es el indicado para probar si son joyas falsas. Si no lo son, avisaré a mis hijos para que ayuden a bajarlas con sumo cuidado. Pero…pensándolo bien, mejor no. Surgirá la discordia y seguramente sus visitas a casa las harán con frecuencia. Hace un tiempo, aquí sucedió lo que dijo Oscar Wilde en El retrato de Dorian Grey: “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se va por la ventana.” Y ahora que el dinero entra por la puerta, el amor regresará. No lo deseo. Así como pueden ser falsas esas joyas, el amor también lo será. Tampoco quiero desilusiones. Ni debo avisar a los vecinos, ya que pensarán que soy traficante de joyas. ¿A la policía? ¡No!, mientras investigan dónde las obtuve, me encerrarían en la cárcel hasta que comprueben mi inocencia por el origen de esas piedras preciosas.  “¡Aaah! ¡Qué complicado resulta resolver este sueño que alguna vez tuve!  Únicamente me causará molestias y acabará con la serenidad de mi vida.”

De repente, escuchas el sonido de una colonia de murciélagos acercándose cada vez más al jardín. Vuelan hacia los árboles y empiezan a comer esos frutos luminosos. ¡Qué alegría y tranquilidad sientes en ese momento! Finalmente se resolviótu problema.

Entras a tu casa dispuesta a disfrutar el sueño que ya respiras. Segura de que dormirás plenamente, piensas: ¿Y…si lo que comieron los murciélagos era otra cosa?

Ese día, tomas tu café a las siete de la noche.

2 comentarios

  1. Que orgullo conocer a esta mujer que se ha preparado constantemente, venciendo las adversidades, siempre con una sonrisa en la cara y dando lo mejor de ella, que continúen los éxitos, muy merecidos, por cierto, un abrazo fraterno.

    1. Muchas gracias por tus palabras, querida cuñada. Agradezco a Dios y a mi hermano el disfrute, con sus altibajos, de estas gratas experiencias. Hoy intento escribir, sabiendo que tiene su lado terapéutico, de creatividad y de expresión sensible. Te abrazo con mucho cariño.

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