Una pandemia, una escuela, una clase. Eso bastó para que seres desconocidos, aprendices de letras se coincidiéramos y formáramos el colectivo Letras Insomnes. Dos, tres o cuatro veces por semana convivíamos a través de esa realidad alterada que la virtualidad trajo consigo. Estábamos ahí, pero sin poder contar los chismitos al compañero de a lado; estábamos ahí aprendiendo a aprender desde casa, estábamos por el placer de leernos, de escribir, de ser a través de la literatura.
Tres semestres después recibimos el diploma que nos acreditaba como creadores literarios, de contenido asombroso, fantástico, cotidiano. Las historias se entrelazaron a través del insomnio, la inspiración y las lecturas. Estas tuvieron su punto de encuentro en una revista que nació por el puro gusto de mostrar a todos las galaxias que se formaban en cada mente que no dormía, en cada teclado que daba vida a monstruos y ángeles, en cada historia casi ficticia.
Cuatro puntos cardinales, cuatro estaciones del año, cuatro géneros literarios. De todos lados llegaron historias inspiradas en sombras y luces, en los átomos y el vacío, en el cielo y el infierno. Los lectores pudieron disfrutar de la vida ficcionalizada, de la ficción realista, de la revista sin melatonina.
Cinco años, 60 meses, 270 semanas y los nombres de más de 260 escribientes después se llegó el día de celebrar. Gracias a los escritores consagrados, profesionales, principiantes y aficionados, a los poetas y cuentistas, a las escritoras que alzan su voz porque escribir les cambió la vida, a quienes siguen llenando de mensajes el inbox de Miguel y Luis. Esperemos que la comunidad siga creciendo, leyendo, escribiendo.
Un estudiante se desvelaba por leer otro capítulo,
como veía que resistía, fue a invitar a otro amigo,
dos estudiantes se trasnochaban por no dejar la hoja en blanco,
como veían que resistían, fueron a publicar otra poesía,
tres escritores se acompañaban cuando presentaban su nuevo libro,
como veían que eran poquitos fueron a armar un colectivo,
cuatro escritores que no dormían quisieron publicar una revista,
como veían que no era fácil usaron las redes de hoy en día,
cinco escritores que publicaban desde terror a fantasía,
como veían que resistían siguen escribiendo en la revista.

Licenciada en Historia por la UAEM. Docente por amor a no morir de hambre. Repostera por antojo. Padawan de la Literatura. Fan del cine y las series.
Es coautora del libro Laberintos. Seis escritoras mexicanas de minificción, además de participar en la antología de cuentos Mundos inventados publicada por la Escuela de Escritores Ricardo Garibay.
Su cuento Trinidad obtuvo un premio en la convocatoria Morelos 21: memoria y encuentro, mismo que fue publicado en una antología con el mismo nombre por parte del Gobierno del Estado.