Armonía y caos, una experiencia humana

INTRODUCCIÓN

Friedrich Nietzsche, filósofo alemán del siglo XIX, desarrolló su visión del arte y de la cultura influido por su formación filológica y su admiración por la tragedia griega. En el nacimiento de la tragedia (1872), introduce los conceptos de lo apolíneo y lo dionisíaco como fuerzas primordiales del espíritu artístico. 

Esta obra que propone Nietzsche siendo muy joven y que se la dedica a su amigo Wagner gran compositor alemán quien resalta el sentimiento de los grandes trágicos griegos, al igual que Nietzsche son herederos de la cultura helena, ya que Alemania apenas al estarse conformando como estado, pues se tiene este gran fervor por lo nacional, así en este contexto nuestro autor nos ofrece una visión diferente sobre como concebimos el arte y la filosofía desde un punto de vista más vital y menos esquemático como la filosofía clásica. Nietzsche es uno de mis filósofos de cabecera pues con el me siento identificado tanto en su pensamiento como su forma de tratar la tragedia, que viene del griego tragos y odas que significa canto del macho cabrío, al identificar a Dionisos (Dios del teatro y la fertilidad) como una cabra, por lo tanto, nos abre una visión más amplia acercar del sentido trágico de la vida.

Si echamos un vistazo a la historia del teatro en occidente pues nos daremos cuenta que al morir uno de los tres grandes trágicos griegos Eurípides, se empieza a tomar el logos (la razón), bajo su estandarte principal: la dialéctica y la moral haciendo de lado estos impulsos y sentimientos catárticos que tenía el teatro griego (Dionisiaco), por eso se dice que Sócrates mato a la tragedia. Y desde el punto de vista teatral tiene razón por que después Aristóteles va a tratar de esquematizar el teatro como lo vemos en su poética como: unidad, espacio, tiempo, y cuarta pared, y esa es la crítica del teatro contemporáneo romper la cuarta pared, ya que se había separado de su esencia mágica y religiosa, al definir formas del arte teatral.

DESARROLLO

 El gran asesino de las pasiones humanas fue Sócrates ya que con él se da paso a la racionalidad de occidente que deja del lado nuestro impuso vital que nos hace profundamente humanos este choque de fuerzas espirituales que sirve para la creación artística, en la mitología griega, Apolo y Dioniso son hijos de Zeus. Apolo, hijo de Leto, es el dios del sol, el arte, la música, la poesía, las plagas y las enfermedades, del pensamiento racional y el orden, y apela a la lógica, la prudencia y la pureza y representa la razón. Dioniso, hijo de Sémele, es el dios del vino, la danza y el placer, de la irracionalidad y el caos, y representa la pasión, las emociones y los instintos que eran propios del teatro griego y que al momento de la aparición de la filosofía quedaron desplazados, no nos vamos a meter de lleno al quehacer escénico sino lo tomo como de referencia a esta crítica de Nietzsche a occidente.

“En el ditirambo dionisíaco el hombre es estimulado hasta la intensificación máxima de todas sus capacidades simbólicas; algo jamás sentido aspira a exteriorizarse, la aniquilación del velo de Maya, la unidad como genio de la especie, más aún, de la naturaleza. Todas las fuerzas simbólicas el ser humano tiene que haber llegado ya a aquella cumbre de auto alienación que quiere expresarse simbólicamente en aquellas fuerzas; el servidor ditirámbico de Dionisos es entendido, pues, tan sólo por sus iguales. ¡Con qué estupor tuvo que mirarle el griego apolíneo! Con un estupor que era tanto mayor cuanto que con él se mezclaba el terror de que en realidad todo aquello no le era tan extraño a él, más aún, de que su consciencia apolínea le ocultaba ese mundo dionisíaco sólo como un velo”.[1]

Aquí vemos lo ya comentado pues en la iniciación del arte trágico tiene un peso fundamental en el ditirambo y los cantos hacia la deidad, pues todas las pasiones humanas entran en contacto con lo sagrado para una mejor concepción de la vida y el hombre se convierte en una obra de arte, entonces nos cuestiona si el arte es un mejor conocimiento que la filosofía, o el hombre es un creador.

Las dionisiacas (embriaguez) lo contrario a apolo (orden), es lo central de su crítica en este libro, ya que en las fiestas dionisiacas se trata de elevar al verdadero ser, después de una destrucción del “yo”, una vez que el verdadero ser sale a la luz contempla y vive en el mundo, ese es el verdadero sentido trágico de la vida y no una vida más allá. Nietzsche llamado también filósofo de la sospecha porque hay otra forma de concebir la verdad que está en el interior como Freud habla de subconsciente Nietzsche dice que la creación artística está en el interior del ser humano, no somos animales racionales sino creadores, el drama trágico de los griegos va a ser la exaltación de este espíritu creador dionisiaco. Lo apolíneo y lo dionisiaco simbolizan dos principios naturales para los griegos.

Apolo es el Dios de la luz, está asociado a la música, y los poderes de la curación, el sueño, es la fuerza creadora, ordenada, mientras que Dionisio como ya lo hemos dicho es la embriaguez de la vida, el renacer de la vida, la voluntad de Schopenhauer (energía), lo vital. Nietzsche trata de demostrar que la civilización griega tiene un sentido trágico, que es una embriagadora aceptación de la vida, y una exaltación de los valores vitales, el arte trágico es decirle si a la vida, por lo tanto, el artista trágico es el que le va a dar sentido a la cultura contemporánea.

“¡Yo enseño al superhombre! El superhombre es el sentido de la tierra. Que nuestra voluntad lo diga: ¡que el superhombre sea el sentido de la tierra! Yo los exhorto, hermanos, a que permanezcan fieles a la tierra y no presten oídos a quienes predican la esperanza de una vida ultraterrena; ellos son envenenadores, lo sepan o no. Ellos desprecias la vida, y agonizan, pues también están envenenados. La tierra ya está cansada de ellos, es mejor que perezcan de una buena vez”.[2]

En esta cita de Así habló Zaratustra, por cierto es una composición musical que le regalo Wagner, es primordialmente la crítica a occidente al orden establecido a partir de Sócrates, y la exaltación de los valores religiosos en este caso su crítica al cristianismo que representa la moral de los esclavos, por lo tanto es una ilusión de un más allá, y nos olvidamos de vivir trágicamente, también es importante ir desmontando piedra por piedra el edificio de la cultura apolínea, y realmente quitarnos el velo de maya para ver la verdadera esencia de la vida terrenal.

CONCLUSIÓN

Quizá en este mundo del siglo XXI, digital y tan deshumanizante cabría preguntarnos, ¿Son necesarios estos dos grandes impulsos para la creación artística? ¿Basta una revelación para que estos aparezcan? ¿Son esenciales para dar sentido a la vida? Las respuestas pueden ser muy variadas, en mi opinión creo que la fuerza del arte y de la filosofía están ligadas y son necesarias para poder reinventarnos como humanos, el arte como la preservación de la existencia humana y la filosofía como una constante búsqueda de la verdad, ambas una experiencia humana que nos hace vivir en el aquí y ahora, tal vez en la armonía o en el caos que son el sentido para la creación artística.

Bibliografía:

^El origen de la tragedia”, tomado de maraserrano.com/MS/artículos/nietzsche1_elnacimiento de la tragedia.pdf

Nietzsche, Federico,” Así habló Zaratustra”, grupo editorial tomo 2009.


[1] Nietzsche, Federico, “el origen de la tragedia”, tomado de maraserrano.com/MS/artículos/nietzsche1_elnacimiento de la tragedia.pdf, pág. 15.

[2] Nietzsche, Federico,” Así habló Zaratustra”, grupo editorial tomo 2009, pág. 15-16.

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