Nebbiolo, de Alma Karla Sandoval

A lo largo de los siglos, la brujería ha cargado con diversas connotaciones sociales, políticas y culturales, a menudo utilizadas por un poder patriarcal para controlar y reprimir a las mujeres. Sin embargo, desde el siglo XX, las feministas han reinterpretado la figura de la bruja como un símbolo de resistencia. Colectivos como Las brujas del mar, que fueron pioneras del movimiento “un día sin nosotras” en 2020, o Las del aquelarre feminista, entre otras, han resignificado y apropiado este imaginario brujesco. No obstante, es fundamental explorar el pasado de este imaginario, que se recrea con gran maestría en la obra de Alma Karla.

Históricamente, las mujeres señaladas como brujas eran, en su mayoría, personas en situación de vulnerabilidad: viudas, curanderas, o aquellas que no se ajustaban a los roles tradicionales de género. En Nebbiolo, aunque las protagonistas enfrentan persecución, no están sometidas por los varones, lo que les permite explorar formas alternativas de vida y relaciones, no solo entre ellas, sino también con su entorno natural.

La novela está situada en Piamonte, Italia, a finales de 1484, y presenta la cacería de cuatro mujeres consideradas brujas, en un contexto alimentado por textos fundamentales como Malleus Maleficarum (1487) también conocido como el Martillo de Brujas de Heinrich Kramer y Jakob Sprenger. Este manual proporcionó directrices para identificar, interrogar y castigar a las brujas, promoviendo una visión de la mujer como débil, susceptible a influencias demoníacas y peligrosa para la sociedad, es decir, el pensamiento sobre el cual descansa el patriarcado.

Aunque el Malleus Maleficarum es el texto más conocido, no fue el único. Lambert Daneau, en su Tratado de brujos (1574), también proporcionó una base teológica para la persecución. En este contexto de transformación social, la caza de brujas se convirtió en un vehículo para proyectar ansiedades colectivas sobre el orden social y la moral.

La persecución de estas mujeres fue, en gran medida, una forma de control social. Como señala Silvia Federici en Calibán y la bruja (2013), esta persecución no solo fue una represión sexual, sino un mecanismo para controlar el cuerpo. La autora abre preguntas como las siguientes en su obra:

¿Por qué, después de 500 años de dominio del capital, a comienzos del tercer milenio aún hay trabajadores que son masivamente definidos como pobres, brujas y bandoleros? ¿De qué manera se relacionan la expropiación y la pauperización con el permanente ataque contra las mujeres? ¿Qué podemos aprender acerca del despliegue capitalista, pasado y presente, cuando es examinado desde una perspectiva feminista? (Federici, p.25)

 Casos emblemáticos, como los juicios de Salem en 1692, ilustran cómo el miedo y la histeria colectiva se convirtieron en herramientas para suprimir a las mujeres. En Salem, 20 personas, fueron ejecutadas bajo acusaciones de brujería, un reflejo de las dinámicas de género y poder que persistieron en la historia.

Otro ejemplo significativo es el de las brujas de Zugarramurdi en España, quienes fueron perseguidas y ejecutadas durante la Inquisición en 1610. Este caso marcó un cambio en la actitud de la Inquisición hacia las acusaciones de brujería, adoptando una postura más escéptica ante acusaciones evidentemente infundadas.

Ahora, tras este breve contexto histórico, me gustaría centrarme en cómo Alma Karla recrea este imaginario en su obra. A través de sus cuatro protagonistas, mujeres excepcionales para su época, que poseen habilidades como adivinar el futuro, teletransportarse, hipnotizar, volar, comunicarse con los animales o transformarse en uno, la novela ofrece una experiencia que trasciende la lógica racional, explorando deseos, pasiones y un vínculo profundo con la naturaleza.

La obra comienza con la relación entre Aryana de Pastoso y su hija Bonetta de Nebbia. Cuando Aryana descubre los poderes de su hija, especialmente su capacidad de adivinación a través del vino Nebbiolo, ambas inician una serie de eventos que las llevan a explorar estas habilidades sobrenaturales. Bonetta es inicialmente ayudada por un personaje traicionero llamado Robert Evening, pero como avanza la novela, Bonetta convive con sus medias hermanas: Margarita, Bona y Ermine, quienes también son brujas. Ellas llegan a vivir con Bonetta y su madre, huyendo de la persecución que han sufrido. Juntas, encuentran en Piamonte un refugio seguro para desarrollar sus poderes y enfrentarse a los peligros que las amenazan. Piamonte resalta por los viñedos de uva de nebbiolo, que es una uva que tiene una capa blanca que se le forma por la niebla que llega de las colinas aledañas, que hace las formas de un manto que cubre y protege.

Un pasaje particularmente evocador describe cómo Bonetta, tras un bautizo ceremonial, experimenta cambios significativos que la conectan aún más con su capacidad de adivinación:

“Vio pájaros de metal, artefactos movidos por ruedas, bloques de tierra elevada con decenas de ventanas donde la gente vivía. Vio la tumba de su madre y no sintió pena, sino la alegría de los girasoles de una isla siguiendo la luz. Vio guerras que no sabía cómo nombrar y pantallas rectangulares de distintos tamaños gobernando a los hombres, manteniéndolos en vilo.” (Sandoval, p.128)

Este pasaje me gusta por esa capacidad de situar la actualidad del presente siglo XXI en el pasado recreado en la obra.

Lo que más me llamó la atención fueron los capítulos breves que alternan entre distintos personajes, entrelazando lentamente los hilos narrativos a través de los diversos acontecimientos. Esta técnica exige una lectura activa por parte del lector, invitándolo a conectar los fragmentos y a descubrir el tejido de la historia. Como seguidor de la obra de Alma Karla, he tenido la oportunidad de sumergirme en casi toda su producción literaria, y esta novela se presenta de una manera marcadamente diferente a las anteriores. Creo que esta elección estilística responde intrínsecamente a la historia que se narra, impregnando la forma con el contenido, es decir, al igual que las protagonistas femeninas de esta historia que se revelan, la forma de este libro lo hace de igual manera, la obra ofrece una perspectiva no convencional sobre el quehacer narrativo.

Pero, en lugar de buscar una razón sobre estas decisiones estilísticas, considero más pertinente examinar el impacto que la narrativa ejerce sobre la estructura, lo cual resulta en una técnica escritural coherente y efectiva, pero a la vez rebelde, proponiendo una estética otra, distinta, descolocada, en fuga.

Nebbiolo es una obra que invita a reflexionar sobre la historia de las mujeres acusadas de brujería. A través de la prosa poética de Alma Karla Sandoval, nos sumergimos en un mundo donde la magia y la resistencia se entrelazan, recordándonos que las historias de las mujeres, a menudo silenciadas, son fundamentales para entender nuestro pasado y forjar nuestro futuro, un futuro que se viste de morado, de feminismo, de reivindicaciones, de memoria, así que celebro este libro, y agradezco profundamente la invitación a presentarlo.

Bibliografía:

Federici, Silvia (2013). Calibán y la bruja. Pez en el árbol ediciones.

Sandoval, Alma Karla (2024). Nebbiolo. Magia y persecución. Universo de libros.

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