En este mundo lo que más queremos es ocuparnos y no deambular de un lugar a otro. Atravesar paredes es divertido al inicio, pero después de 40 días, muchos meses o años esto se vuelve un infierno; si es que se puede aplicar la frase en este lugar. Para conseguir trabajo de fantasma piden muchos requisitos. Si moriste hace menos de 10 años a duras penas te contratan. La experiencia en asustar a los despistados, creyentes o escépticos debe demostrarse.
—¡Achis, achis!, ¿cómo demostramos los fantasmas la experiencia?—, preguntas con toda la inocencia que un fantasma recién convertido puede tener.
—Pon atención, esto es de vital importancia, pues si no lo aprendes ahora, más tarde será muy tarde para que te den chamba en este gremio.—, mis palabras relucen frente a ti, yo con mis tantos años de ser tutor de fantasmas, me doy el lujo de hablar con calma, después de todo, tenemos más muerte que vida ahora.
Lo primero que hacen los neofantasmas es asustar a sus familiares si no le cumplieron sus deseos como llevarles mariachi en el sepelio o ponerles su cruz de madera de pino en su sepultura. Los fantasmas son vengativos, van a molestar a sus seres queridos; luego resulta que los vivos creen que los fueron a saludar para despedirse, pero como no conocen el lenguaje de los muertos, pues sólo sonríen o se persignan. Ya con el paso del tiempo, los fantasmas empujan los zapatos, se divierten abriendo y cerrando las puertas de la alacena, incluso, se ponen a asustar a los perros, estos ladran toda la noche y no dejan dormir a los más delicados. Ya no recuerdo si fue divertido o no, mi memoria de espectro se está diluyendo.
—¡Órale! Entonces es rete difícil ser fantasma…
— Fíjate que sí es un trabajo difícil porque nadie lo reconoce y le echan a uno agua como cuando a los perros les avientan la piedra imaginaria, creen que nos hacen tontos, pero pues les dejamos un tiempito para que se crean que sus rituales y menjurjes funcionaron. Después volvemos al ataque, porque si una cosa tenemos es que somos perseverantes, como dije, tenemos más muerte que vida y tiempo nos basta y sobra. Ya casi llegamos a nuestro turno, espero que traigas tus papeles en forma, con todas las copias y que se note bien tu palidez, no vayan a salirte con que no luces como fantasma y te hagan esperar como los del IMSS.
—Ni entiendo pa’ qué piden tanto, total, si sólo tengo que asustar gente en zonas solitarias o terrenos baldíos, ¿a poco sí nos van a correr si no hay nadie a quien poner a temblar?
—No seas necio, tú aprende y haz bien las cosas. Si sigues mi ejemplo, algún siglo de estos podrías ser tutor de fantasmas y ayudarlos a seguir el camino de la laboriosidad fantasmal.
Debes saber que no será fácil hacer tu chamba. A veces la lluvia te congela hasta el vacío que tienes en tu pecho o el calor hace que quieras volverte a morir. Lo importante es la vocación que uno logra desarrollar y si tienes suerte hasta podrán hacer alguna película de tu casa encantada. También deberás unirte a algún sindicato, porque las fronteras están bien marcadas y a los gringhost no les gusta que crucemos su muro. Si te toca una escuela de seguro creerán que se debe al cementerio que había antes donde fue construido ese nicho del saber, pero tú a lo tuyo y deja que hablen de ti a tus espaldas, total, ni te las ven.
Lo malo va a ser cuando en tu zona sean no creyentes y piensen que sólo es la madera crujiendo por el cambio de temperatura o que el universo les está mandando una señal, aunque este no sabe ni quiénes son.
—Ya casi es mi turno. ¿Tienes un último consejo para mí?
—Ten cuidado si caes en casa de un escritor porque te hará protagonista de mil historias, nunca te dará el crédito y mucho menos te pagará regalías. Ahí te encargo y recuerda que hay más muerte que vida y ya nada malo puede pasar.
Licenciada en Historia por la UAEM. Docente por amor a no morir de hambre. Repostera por antojo. Padawan de la Literatura. Fan del cine y las series.
Es coautora del libro Laberintos. Seis escritoras mexicanas de minificción, además de participar en la antología de cuentos Mundos inventados publicada por la Escuela de Escritores Ricardo Garibay.
Su cuento Trinidad obtuvo un premio en la convocatoria Morelos 21: memoria y encuentro, mismo que fue publicado en una antología con el mismo nombre por parte del Gobierno del Estado.
Excelente historia, me pareció muy divertida, solo faltó el fantasma travieso que les jala los pies, pero estuvo muy buena la historia 👍👍👍👍👍👍