Paredes viejas
Diógenes vive en la casa de la abuela
duerme entre montón de recuerdos
entre desmemorias infantiles
y travesuras pubertas
impregnadas en paredes desgastadas.
Los adobes gritan travesuras
callan secretos que recuerdan
las tardes de juegos
las estatuas de marfil, detenidas
flores del campo
sueños con hadas y princesas.
Paredes con soles en el rostro
retienen estrellas y lunas
anhelos en caballos
que siguieron sendas desconocidas
a descubrir la edad adulta
a perder la magia de la inocencia.
Tu casa guarda al silencio
evoca el polvo que eres
traspasa el tiempo
que perdura y sana.
Las mantas hechas girones
cubren los muebles desvencijados
te gritan abuela
anhelan el aceite aromático
el sonido de tu estación favorita
la XEW, el Fonógrafo.
Vuelo letal
Espigas de miel
Llevadas por el viento
saladas mareas las arropan
¡Delirio sediento
en remanso obligado!
Letargo lento
Fueron libadas a la arena
como una copa de vino.
Partículas de roca y nácar
las dejaron vacías
mitad vida
mitad muerte
sus semillas aún duermen
sueñan que brincan
vuelan entre surcos
con pies de mariposa
y alas de elefante.
Nació en el municipio de Texcoco, estado de México, ahí vive desde hace más de sesenta años. Su reciente ingreso al mundo de la creación literaria llevada de la mano por maestras y maestros ocurrió al inicio de la pandemia del covid19, lo que coincidió con su retiro laboral. Inició con el taller “Mujer escribir cambia tu vida”, incursionó en la poesía y posteriormente en novela autobiográfica y cuento.
Acostumbrada a la escritura técnica, ha encontrado en la creación literaria la forma de transmitir sus sentimientos apoyada con los talleres virtuales de la Escuela de Escritores Ricardo Garibay y del Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates. Participa en dos grupos de lectura y escritura creativa del estado de Morelos.
Bellas palabras.
Qué bonitos poemas. Cuando alguien escribe siempre sobre las abuelas, siempre me da algo de nostalgia por la añoranza al hablar de ellas.
Qué lindo escribes Martita, te mando un abrazo lleno de cariño!
Estos emotivos poemas solo necesitaban una voz para brotar del alma y crear un puente hermoso y evocador.
¡Bravo, querida Martha!