Fertilidad virtual
Cadmia deseaba ser madre. Tenía casi cuarenta años y ya lo había intentado todo: en una ocasión, enterró el cordón umbilical de un conejo en la maceta de la mandrágora. En otra, vertió su sangre menstrual en las raíces de un álamo del jardín. Pero nada funcionó. Tampoco había encontradoCuéntame más…