Nada les cuesta a los restaurantes colocar fotografías en los menús, tampoco nada me cuesta a mí preguntar. Esta vez culparé a la timidez producida por el lenguaje no natal. Heme aquí seducido en la barra de un dinner gringo, esperando el posible primer error de mi esperanzador viaje a los Estados unidos: la Texas Turtle Burger. La espera de lo no certero llega a ser abrumadora. ¿Cómo será la hamburguesa? ¿Verde? ¿De tortuga?
Veo con ansia pasar de largo a los meseros. Las bandejas por lo alto: waffles, cheeseburgers, ham n eggs… Se detiene un mesero alto y rubio frente a mí: «Your coke, sir», coloca el vaso en la barra y se aleja. Ojalá y todo fuese como en mi Coahuila; allá, en la mayoría de los restaurantes, además de que los meseros reciben calurosamente al comensal, hay Dinoquesadillas. Para los curiosos como yo, que no podemos evitar pedir el platillo más simpático y animal del menú, la Dinoquesadilla es un lugar seguro; llega la orden y recibes sí o sí una quesadilla en forma de dinosaurio. La única interrogante es que especie te servirán.
¡Ding! ¡Ding! Un plato humeante sale de la ventanilla. Alguien parecido a mí, pero con mandil, llama al mesero. Se acerca: puedo escuchar el borboteo del platillo, la tortuga está nadando. «Enjoy your meal, sir. You can…», siguió pronunciando cosas que ya no logré comprender, también señaló una barra. Asentí a todo. Definitivamente nadaba. Tomé el tenedor y pinché al animal: los fluidos emanaron y dieron paso al humo. Las partes de la quimera consistían en una carne de res termino medio, quizá superior a los cinco centímetros, envuelta en una red de tocino. Debajo de las cuadriculas se asomaba una sábana amarilla: queso americano. Las extremidades, formadas con salchichas. Que tortuga tan más triste y grotesca.
Ni pan ni lechuga, quizá a eso se refería el mesero con la barra: cada uno debe buscar con que cubrir su carne. Resignado y pensando en los manjares jurásicos que dejé atrás, doy el primer mordisco. Siento las papilas rebosantes de aceite, trago y doy la bienvenida al sueño americano.

Alexander Gracia, 1994 (Monterrey, México). En 2024 fue seleccionado como participante del VII Diplomado de Creación Literaria del INBAL. Actualmente participa en el Programa de Proyectos Fotográficos y Audiovisuales CONARTE VISOR2025. Su trabajo como narrador ha sido publicado en diversos medios digitales e impresos. Forma parte de 5 antologías, la más reciente Navidades paralelas III (Editorial Lengua de diablo).
