—No, pues, yo era su amigo. Teníamos una banda, el Chucho, Dante, yo y por supuesto el Maik. Era una banda de Black Metal, o bueno, eso pretendíamos. Tan sólo hacíamos mucho ruido y teníamos la idea de que mientras más sucio sonara, mejor. Éramos unos chavos tratando de expresarnos, pero Maik siempre lo llevaba más lejos. Él era el cantante y quien componía las letras. ¿Qué le puedo contar de él? Pues, era adoptado y un ávido lector, siempre me aterró como todo lo justificaba con sus libros y la música. Siempre hablaba de las “bellas artes”, pero lo que el consumía no era bello o por lo menos no para mí. Siempre lo observaba en su laptop viendo películas de terror, leyendo blogs sobre suicidios y repitiéndonos una y otra vez historias sobre sus bandas favoritas de Black Metal; donde los integrantes se mataban entre ellos y otros terminaban suicidándose, los demás sólo estábamos para componer música, pero él siempre lo llevaba a más, siempre quería ir más adentro y no lo mal interprete. ¡Hay que estúpido!
Recuerdo que una noche de toquín, en el departamento de Dante, donde siempre ensayábamos, y donde encontró el cuerpo, llegó con unas ilustraciones horrorosas que él había descubierto en internet. Eran grabados de mujeres decapitadas, demonios alados que perseguían caballeros, querubines de ojos saltones y demás cosas raras. Esa misma noche se puso a escribir una nueva canción. Él hacía todas las letras, ya el resto se encargaba de ponerles ritmo, buscábamos ser estruendosos y desagradables. Eso teníamos de común en la banda, nos gustaba el Metal: Burzum, Mayhem, Darkthrone, Advent Sorrow, Gorgoroth, Nargaroth, la lista es muy larga. Queríamos hablar sobre cosas profundas y profanas, para eso el Maik era un genio. Pero, señor, tiene que entender que no molestábamos a nadie. Nada más nos encerrábamos con nuestros instrumentos y hacíamos nuestro desmadre, a lo mucho, nos daban una que otra visita los polis a que le bajáramos a nuestro ruido por algunos vecinos que comenzaban a quejarse. Pero de ahí en fuera, nada. Somos estudiantes y algunos trabajamos aparte.
El Maik nunca nos hizo una declaración, solo andaba duro y dale que él quería morir como un personaje de un cuento de Eduardo Antonio Parra, ¿qué quién es? ¿O qué cuento? ni idea, pero sí, su idea era morir rajado con una prosti, pues no sé, ¿qué mal debe estar de la cabeza, no? Si quiere entender al Maik écheles un ojo a sus libros, pero se lo advierto, están enfermos, no sé que tienen que cuando le preguntábamos sobre la inspiración para sus letras recuerdo que siempre nos presumía de sus lecturas, dijo que para los asesinatos recurría a un francés; Maupasant, Gay, algo así. De otro autor, uno mexicano, decía que era un experto en todo tipo de filias, un tal Ceballos y que el único autor que de verdad le enseñó que no solo existe el dios cristiano o budista o de cualquier religión, ese autor era Lovecraft. Ese sí lo leí, me prestó unos libros. Pero sólo leí eso; cuentos de terror con monstruos del espacio al que le dije a mi compa el Maik que eran alienígenas y casi se me suelta a los golpes.
Tenía otros proyectos aparte de la banda, quería hacer una revista. Largo rato nos anduvo chingue y chingue con eso. Pero, pues, nosotros no éramos los apropiados para ello. Apenas el Dante sabía leer las partituras y créame cuando le digo que no hacíamos nada complicado. ¿De qué trataría la revista? Pues de todo el degenere que a él le encantaba, quería simular a unos weyes ya bien podridos, unos “decadentes” y su “revista moderna”, de eso me acuerdo, es más de ahí sacó los grabados creo. Yo no pretendo entender el arte elevado y lo poco que nos contaba el Maik, era muy disparatado. Y, de hecho, ahora que le platico esto recuerdo que el Maik siempre llevaba consigo una libreta negra. Era muy celoso de ella, apenas nos mostraba lo que escribía y no me imagino que monstruosidades puede haber ahí dentro. Llegaba con una idea para una rolita y la decía en voz alta, extraída de esa libreta suya. Pero no creo que solo tuviera canciones ahí. De las pocas veces que pude ojearla sin que él se diera cuenta, las hojas estaban llenas y llenas de sus garabatos. Ahora, si es capaz de descifrar esas hojas todas rayoneadas con letra de primaria, pues pienso que de ahí podría sacar muchas evidencias.
¿Qué si estoy impactado por la muerte de mi amigo? Pues claro que lo estoy, sabía que estaba demente, pero encontrarlo así. Me sacó mucho de pedo, pero ganas de llorar no me dieron, hasta cierto punto era un poco cabrón y mamón, todo el día con sus libros, su música, vivía en una burbuja y le encantaba darnos a entender que nosotros no entendimos nada de lo que él hacía o disfrutaba. Era un descarrilado, como esa canción de Motionless: “I’m on right train but the wrong tracks. Trying not to derail”.
¿Eso es todo? Oiga, antes de salir ¿puedo usar el baño y también llevarme un poco más de café?
***
-Chale wey, ¿ya viste el periódico? Ya apareció.
-“Joven mata a sexoservidora y después se quita la vida”. Deberíamos escribirle una canción al Maik, para poder recordarlo.
-¿Qué quieres recordar de ese cabrón?
-Yo sé que era un ojete, pero igual era nuestro amigo. Aparte, que no todas las bandas de Black Metal tienes historias así, todas macabras. No sé, tal vez esta sea la leyenda que impulse nuestra carrera musical.
—Jajajaja, ahuevo, compra el periódico y vámonos a escribir esa rola.
(Celaya, Gto. 2000). Egresado de la Lic. en Letras Españolas de la Universidad de Guanajuato. Se tituló por la edición comentada El nocturno en sol (Chopin) y otros cuentos de Rubén M. Campos, que forma parte de la Colección Lecturas Valenciana (COLEVAL) de la UG. Fue miembro de la octava generación de escritores del Fondo para las Letras Guanajuatenses en el Seminario de Novela Jorge Ibargüengoitia. Ha publicado artículos de investigación, divulgación y cuentos en distintas plataformas y revistas digitales como Ruleta Rusa, Polen, Códigos Poéticos, Jóvenes en la ciencia, Fondo Espiral ¡Favor de interrumpir! y Penumbria. Obtuvo el primer lugar en el primer “Concurso de cuento a mano alzada” de la UG. Sus líneas de investigación en literatura son el Modernismo y el Decadentismo en Latinoamérica. Sus gustos por la lectura y la escritura son la literatura fantástica y el horror/terror. Es ávido lector de la Revista Moderna y su autor favorito es Emiliano González.
Ágil y macabro, sucio y con buen humor. Sin duda un cuento narrado desde la pericia y el temple de una pluma negra. Felicidades, Córvido.
Un relato urbano con lujo de detalles sórdidos, pero sin perder la gracia y el ingenio. Y un agudo visionado a la mente del finado protagonista; de quien toma sana distancia el autor (o al menos eso quiero pensar, en pos de su cordura).