Sospechosos insomnes

A menudo se reúnen para mostrarse en público. Hay quienes dudan de su existencia, pero en determinadas épocas del año se anuncian como un gran show, al que sólo asisten los que quieren formar parte de ese colectivo. Para acabar con las dudas de su procedencia, objetivos e integrantes se realizó una búsqueda exhaustiva, ya que una serie de quejas, denuncias y molestias llegó al inbox de quien escribe el presente artículo. La siguiente investigación no fue patrocinada por esa agrupación sin sueño.
El buscador predeterminado de la laptop arrojó cinco resultados. Creo que no son tan conocidos. Luego de revisar cada página se pudo apreciar que hay un compendio de sus creaciones, manifiestos e invenciones que los harán inmortales (o eso creen); aunque sólo entre ellos mismos se leen, se comparten y se aplauden. No parece que tengan muchos seguidores. Un curso para ser creadores de contenido les iría de maravilla para incrementar el número de interesados en agregarse a sus escasas filas. Para ser miembro activo basta con asistir a una reunión. Es ya una costumbre que el líder dé el banderazo de inicio a la lectura obligada, guste o no, de los textos de los asistentes. La crítica no se hace esperar; pueden alabar o destruir al escritor en turno, pero “todo es en pos del bien literario”, se escuchó decir al segundo al mando.
Los rumores apuntan a que se querían convertir en una secta, pero no tenían claros sus objetivos. Unos eran borgianos; unos pocos, kafkianos; otros, rulfianos; uno o dos, blanquianos, blancuzcos o blanquecinos. En lo que coincidían era en recurrir a extraños elíxires para mejorar su actividad neuronal, esa que se ve afectada por dormir menos de las 8 horas aconsejables. Otro dato que se obtuvo al indagar sobre ese grupo es la limitada paridad de género. Las entrevistadas mencionaron una inclusión forzada que, como buenos estrategas políticos, intentaron cubrir con la cuota de género en su más reciente fanzine. Sin tratar de ignorar dicha denuncia se hizo la revisión de sus textos y se encontró que hay una gran cantidad de mujeres entre sus filas.
La queja interpuesta en contra de esta camarilla ha desatado manifestaciones a favor. Seres de ultratumba y de otros mundos que han cobrado vida gracias a ellos, han alzado la voz para defenderlos y emprendieron un boicot a dormir de noche. Dicen que ese grupo literario no causa problemas. Algunos de sus defensores más acérrimos aseguran que así como en el mar la vida es más sabrosa, no dormir y mantenerse despierto permite a los individuos elevar su energía a niveles cósmicos. “Ni siquiera la gran explosión creó tanta vida como estos sujetos”, afirman sus leales fanáticos, aquellos que portan su uniforme respectivo con vaso, morral y pluma en mano.
“Una vez que entras al círculo de los insomnes o te acercas a ellos, es como el agujero de gusano que atrae con una fuerza invisible en relación a tus lecturas semanales”, dijo uno de los seguidores. Por lo que se pudo apreciar durante la charla con él, se le notaba una mueca de disgusto y a la vez añoranza. Dijo que sus textos fueron publicados por ese clan literario, pero que lo ignoraron peor que jueces en los Juegos Florales.
“Muchos pretendemos evitarlos, pero, de forma inesperada, aparecen de día. Se suponía que sólo andaban de noche, que son híbridos descendientes de vampiros, hadas nocturnas y seres mitológicos, pero ahora se les puede encontrar en varias cafeterías o librerías, incluso en ferias de libros”. Esto lo comentó un vigía de la banda, un halcón sin cargo numerario con un semblante de no haber dormido varias noches. Se queja de ellos, pero ronda cualquier lugar donde el clan se presente. Entre las manos de esos individuos se van gestando redes que atrapan al más incauto, al menos eso dijeron ciertas lenguas para taco, viperinas y diablescas.
Después de hacer una esmerada investigación sobre ese colectivo que irrumpe cada cuatro meses al año en cafeterías donde la diosa de la fecundidad gesta nuevos seres, crea nuevos escritores, incita nuevos seguidores, se ha determinado que no existe ningún peligro en esa pandilla de las letras. Clan, banda, secta, colectivo o cualquier otro sinónimo mal puesto a ese grupo de desvelados, sin sueño, insomnes, es poco para lo mucho que hace o que dice que hace. Porque se podría decir mucho de esta comunidad, pero las palabras no alcanzan para describir lo que dormir poco y crear mucho ha dejado a lo largo de cinco años. Larga vida a La fauna, larga vida a Lengua de diablo, larga vida a Letras Insomnes. El equipo editorial de la Revista Letras Insomnes les desea felices fiestas saturnales, feliz solsticio de invierno, feliz Navidad y que el 2026 los encuentre despiertos a todos.

1 comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *