Recuerdo lluvioso y otros poemas

RECUERDO LLUVIOSO

La lluvia me recuerda que estoy

hecho de penas y alegrías viejas.

¿Para qué sirven las goteras,

abuelita? Solo para saber

dónde hay que poner un

baldecito, niño, solo eso.

Ah, yo pensé que era para

ver el cielo chiquitito en

los días que hace sol…

Abuelita, déjame jugar otro

ratito bajo el agua… Y ella

bueno, pero cuidado te da

gripe, pero la gripe no existía

porque Dios era de los buenos

y jugaba también, empapadito,

hasta que se iba sin despedirse

entre las gotas de colores.

La lluvia me recuerda que estoy

hecho de penas y alegrías viejas.

ADVERTENCIA

Si una tarde ya no te ves

en el espejo, es que se cansó

de ti, de tu mirada hueca,

de tus labios a medio cerrar,

de tu soledad y sus antojos,

de tu alma de toda la vida,

del peinado con la raya chueca.

Si una tarde ya no te ves

en el espejo, no lo limpies;

es que se apagó para defenderse

de ti, de esa manera que tienes

de quejarte tan a la antigua,

por el hueso roto y las goteras,

por el botón que falta y hasta por

el frío que le sobra a la noche…

Si una tarde ya no te reflejas

en el espejo, no lo quiebres,

déjalo, que ya bastante tuvo

con aguantarte de cuerpo entero.

SOBRAS

Dame lo que te

quede de alma,

de sangre,

de soledad;

lo que te sobre

de boca, de piel,

media espalda,

un solo ojo

si quieres…

Yo sabré qué

hacer con eso.

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