Tal vez esperas oír mi voz,
sin embargo, permaneceré callada,
tal vez quieras que te diga que estás en mí,
pero el miedo a ser descubierta,
me hace permanecer callada.
Olvido que al hablar contigo escucharé tu voz,
sin embargo, permaneceré callada,
porque tan solo de escucharte,
en breves suspiros me renuevo,
pero mi palabra se queda en mi garganta,
y permanezco callada.
Quiero hablar y gritar que me haces falta,
tan solo por un segundo escucharte,
más el grito se ahoga y permanezco callada.
Tengo una sed agobiante de ti,
de tu piel, de tu aliento, de una palabra,
pero no sé cómo hacer que mi voz se escuche,
porque tengo en mí, un silencio que me ahoga,
y me lleva lejos de mis deseos de mi razón,
quizá nunca sepas que, por amarte, me quede callada.
Permaneceré callada para evitar
que tengas que olvidar mis palabras,
permaneceré callada para evitar no ser escuchada,
permaneceré callada y así la quimera del amor no tendrá fin,
permaneceré callada y tú solo tendrás que olvidar mi presencia.
Permaneceré así, firme, con el silencio entre mis labios,
las sensaciones en mi piel dormidas,
los latidos del corazón casi ausentes,
hasta que algún día, vea en tus ojos mi reflejo,
hasta entonces, permaneceré callada.

Soy María Alejandra Paz Gutiérrez, morelense de corazón y oriunda del Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Inicie mi camino por la escritura a los 17 años, en la lejanía de un país extraño y con la seguridad de que me acercaba así a mi hogar. No es, sino hasta hace siete años, que escribo con la guía de diferentes talleres, tomados con insistencia y descubrir que las palabras son buenas compañeras. Mi alma tiene 69 años, y sigue guardando la inquietud de los 17.
