I
Estoy a punto de dormir.
Lo sé porque los ojos quieren viajar más allá;
Las ideas ya no me pertenecen
Y los huecos de la memoria
Comienzan a morderse, a rasgarse…
Ensueño la visión inmediata;
Parpadeo para comprobar que aún estoy entre los vivos;
Regreso…
Qué triste saber que no me fui, que permanezco.
A veces el alcohol suple mi sueño,
Me arrulla, me guía.
El otro día soñé contigo,
¡Fue tan lindo!
Tejíamos nubes de yema de huevo,
Nuestros dedos deshebraban una materia informe,
Blanda,
Húmeda,
Tibia,
Maleable,
Algo que me recordaba a ti…
Desperté y no estabas,
Tampoco la materia informe.
Tuve que despabilarme para ir a trabajar.
II
Viajo a través de una oscura ciudad
Que me muestra una cara fría y sola;
Pienso que he estado tanto tiempo así,
Fría y sola, que solo siento compasión
No por mí, sino por la noche
Que se abre para acompañarme.
Camino, subo, bajo;
Huelo polvo, suciedad,
Ambiente… vacío
Llego a un destino,
Me abandono en él;
Entrego horas productivas,
Concluyo
E inicio el ritual del regreso
Al tiempo, vuelvo a sentir sueño,
Fatiga…
Los días solo son sombras,
Penumbras en las que camino
Sin rumbo,
Fatigada…
En espera de lo que podría suceder…
Hacedora de historias como penitencia de una vida anterior ya olvidada; tejedora incipiente de palabras que recrean mundos imposibles ante la realidad que se impone sin cortapisas. Buscadora obsesiva de significantes, lectora voraz de aquello que ha sido descubierto y nombrado; perseguidora de relatos infinitos y personajes inasibles. Amante de letras, contadora de relatos, entusiasta jugadora del lenguaje.