Hay una actriz en mi cocina y otros poemas

Hay una actriz en mi cocina

Hay una actriz en mi cocina…

una verdadera actriz…

está interpretando una escena

extraída de un libro de Onetti…

lo hace únicamente para mí,

por el único pago de unos mates.

Hay una actriz en mi cocina que

declama con todo el sentimiento…

que a cada palabra le encuentra

el acento más dramático,

para mí, único testigo

de su destreza.

Hay una actriz en mi cocina

tan pero tan buena

que me hace creer cada parlamento,

que me incorpora a la escena

de tan profundo que es su nivel

interpretativo.

Hay una actriz en mi cocina

que en un arrebato de modestia

intenta, acabada su declaración final,

convencerme de que no es una

actriz interpretando Los Adioses,

que es simplemente una mujer

diciéndome que no me quiere más.

Sin telones

sin discursos emotivos,

sin lágrimas ni arrebatos,

sin gestos remarcables,

sin fotos que eternicen el momento,

sin público ni padrinos,

sin aviso y sin invitaciones,

el amor se extingue

como una fogata olvidada,

como un recuerdo que ha perdido

sus colores,

como una calle que ya

no conduce a ninguna parte.

Abrazar un reloj

Colgarse de una aguja

Adosarse a la pila de cuarzo

Al enchufe blanco,

Al artefacto que mueve la cuerda.

Abrazarse a un reloj

Pegarse al segundero

A la hora que más te guste

Y reírse del mundo

Que pasa de largo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *