Por fin el suspenso había terminado.
El jurado votó por Maritza, la del mejor disfraz, la que se veía
casi natural, horrible. La máscara estaba tan bien adherida a su piel,
que no podía distinguirse la unión. Su mirada estrábica no se detenía
en nadie en especial. Y el rictus de su rostro, solo expresaba odio y
desesperación.
Después de anunciar a la ganadora del concurso y explicar que
la decisión había sido unánime, el conductor pidió a Maritza que dijera
algunas palabras.
La ganadora del primer lugar, con voz chillona, tomó el micrófono
y empezó a gritar: Gracias, querido público, gracias, señores del
jurado. Con este increíble premio de diez mil dólares, y aunque suene
trillado, por fin podré hacer realidad mi sueño: demandar al hijo de su
puta madre, el cirujano plástico que me dejó así.

Ma. Guadalupe Rangel Dávalos.
Nací hace 70 años en la Ciudad de México.
Profesión: Psicóloga y Lic. en Derecho.
Jubilada del DIF Nacional.
Trabajos de Escritura: CUENTOS 1996; UNA HISTORIA COMO TANTAS; ICONOCLASIA; MINIFICCIONES,
CUENTOS Y SORPRESAS
Finalista en el concurso “LA HISTORIA QUE SOÑÉ” convocada por la estación de radio XEW en el año 1976.

¡Eres tremenda, Pana! Pobre Maritza, que no se podrá deshacer del disfraz.