En un pueblo olvidado de la mano de Dios, se encuentra una vieja mansión, se levanta imponente en medio de un bosque denso y siempre envuelto en niebla. Sus paredes están cubiertas de hiedra y musgo, mostrando los estragos del tiempo, con grietas profundas y ventanas empañadas por el polvo de los años. El techo, con sus tejas desgastadas chirría con el viento, como si la casa misma sollozara.
El interior es un laberinto de corredores oscuros y habitaciones con techos altos, llenas de muebles antiguos, cubiertos de polvo y telarañas que cuelgan como cortinas olvidadas. El piso de madera rechina bajo cualquier paso, revelando un eco que parece prolongarse más allá de lo natural. Velas apagadas y candelabros oxidados decoran los estantes, mientras que retratos familiares, cuyos ojos parecen seguir a cualquiera que se atreva a entrar, adornan las paredes.
La cocina, aunque en desuso, aún mantiene el olor de guisos antiguos y pan recién horneado. El comedor, con su largo mantel de encaje, parece esperar una cena que nunca llega. Cada habitación está impregnada de una sensación de nostalgia y misterio, como si los recuerdos de los habitantes y sus historias aún flotaran en el aire, esperando ser descubiertos por los valientes que se arriesgan a cruzar su umbral.
Durante el día, la luz apenas penetra en ese rincón, pero es durante la noche cuando el verdadero terror comienza. La gente de los alrededores jura que en esa casona vive una sombra, una entidad oscura con ojos rojos que brillan como carbones encendidos. Susurra secretos prohibidos y emite un olor a humedad y flores marchitas.
El ente, conocido por los pobladores como «La Sombra de los susurros», es una presencia que ha habitado el caserón desde tiempos inmemoriales. Su origen es un misterio, pero se rumora que fue convocada por un ritual oscuro llevado a cabo por los primeros habitantes de la casa.
La Sombra no tiene una forma física definida. Se manifiesta como una figura nebulosa, una amalgama de oscuridad y frialdad que absorbe la luz a su alrededor. Sus ojos, dos puntos rojos y brillantes, se clavan en los incautos que osan mirarla, proyectando un miedo profundo y primitivo. La entidad emite un murmullo constante, susurros que parecen provenir de las profundidades del inframundo, llenos de secretos prohibidos y palabras que no pertenecen a este mundo.
Se dice que la Sombra tiene la habilidad de invadir los sueños de las personas que la han visto, transformando sus descansos en pesadillas vívidas y aterradoras. En esos sueños, la realidad se distorsiona y los temores más profundos de cada persona cobran vida con una intensidad sobrecogedora. Al caer la noche, cuando el silencio se cierne sobre la casa y el mundo se sumerge en la oscuridad, la Sombra se desliza sigilosa por los rincones, esperando el momento adecuado para manifestarse. Los pasillos de la casa se transforman en laberintos infinitos, la sombra se alarga y retuerce, y susurra secretos oscuros al oído de los desprevenidos que pasan cerca de la casa, de sus ventanas y paredes.
Aquellos que han tenido la desdicha de sentir su presencia despiertan con una sensación de vacío y desesperanza, como si la entidad hubiera robado una parte de su alma. Sus rostros, pálidos y marcados por el insomnio, reflejan el tormento de noches interminables de horror. Durante el día, intentan sacudirse el eco de la Sombra, pero su influencia persiste, dejando un rastro de melancolía y miedo en cada rincón de sus mentes.
Se han escuchado historias de quienes, incapaces de soportar más noches de tortura, abandonan el pueblo solo para descubrir que la Sombra de los Susurros los ha seguido, perpetuando el ciclo de terror a dondequiera que vayan. En su crueldad sigilosa, parece disfrutar alimentándose del sufrimiento de sus víctimas, dejando tras de sí una estela de almas rotas y vidas desmoronadas.
Los vecinos que aseguran haber escuchado su voz en sueños, dicen que los susurros ininteligibles se clavan en la conciencia como espinas de miedo. Otras personas relatan la historia de una noche en la que un niño, curioso e inocente, se acercó demasiado a la casa maligna. Su risa infantil se transformó en un grito desgarrador que se desvaneció entre las paredes de ese lugar. Desde aquel fatídico día, nadie osa pasar cerca de la casa, temiendo que la sombra alargue sus brazos oscuros y arrastre a otra alma al abismo de lo desconocido.
A lo largo de los años, la Sombra ha sido señalada como la responsable de múltiples desapariciones en el vecindario. Algunos comentan que los niños que desaparecen son llevados a un reino sombrío, un lugar donde la Sombra se alimenta de sus miedos y su sufrimiento eterno. Este imperio oscuro, desconocido y aterrador, se convierte en la prisión de las almas inocentes, atrapadas para siempre en una pesadilla sin fin.
Con cada nueva desaparición, el aura de terror que rodea la casa se intensifica. Dicen que se alimenta del dolor, creciendo con cada víctima, expandiendo su reino de oscuridad y terror. La comunidad vive en un estado perpetuo de vigilancia y temor, conscientes de que, en cualquier momento, la Sombra podría extender sus garras invisibles y reclamar a una nueva víctima, arrastrándola a un destino peor que la muerte.
Los habitantes solo pueden esperar que algún día, alguien encuentre la manera de romper el maleficio y liberar a las almas atrapadas en su oscuro abrazo. Hasta entonces, la Sombra de los Susurros continúa acechando en la quietud de la noche.
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Martha Elba Cárdenas, nació bajo el signo de Leo en el año 1954. Estudió la licenciatura en Psicología en la U.A.E.M. Cursó el Diplomado en Escritura Creativa de la Escuela de Escritores Ricardo Garibay (2019-2021). En el año 2010 participó en el taller “Mujer: escribir cambia tu vida”. Colaboró en las antologías Palabra por palabra (2013) y en El huerto de los pensamientos (2015), publicadas por la Secretaría de Cultura de Morelos. En 2017 en la antología poética del taller literario de Ethel Krauze Poemando en Cuernavaca. Participó en el XII certamen de Autobiografía “Un fragmento de mi vida” de la AMAB y obtuvo Mención Honorifica con el relato El internado. En 2018 se publica La autobiografía en Morelos. También participa en la antología de cuentos Mundos Inventados de la Escuela de Escritores Ricardo Garibay en el 2020. En el 2021 participa en las antologías Esencia de Afroditas y en Inspiración de los Laboratorios Literarios de la escritora Gloria G. Fons. En agosto de 2022, Ediciones Odradek, púbica su libro de poesía Piel de gato. Galardonada con Mención Honorífica en el II Concurso Literario Internacional de Poesía y Cuento “Julio Cortázar” (Argentina) por el cuento “Espectro” y 2º Concurso de Cuento Corto de Terror por el cuento “La sombra Negra”.