Dos poemas

QUIÉN CONOCE la curvatura
de este cuerpo
sino la luz
La que escribe en el tiempo
su retrato de progenituras y raíces

En esta vena no hay sangre
solo el misterio de lo imposible que se expande
la mañana que se invoca
y el letargo del fuego que otorga el sino de los nombres

Esta es la diáfana, la veloz
: la que se rompe
en el diafragma más íntimo

La luz que se reparte
entre las manos de los hombres
y por la cual elevamos nuestra ofrenda


SOBRE EL UNIVERSO


Una gota de agua en el silencio

: la galaxia nos extiende el brazo
y nos disponemos a girar
su caracol interminable

*

Porque se ha escrito en el fondo de los tiempos:

a ti, dador de nombres
otorgo las llaves del milagro
(no de los abismos)
luz de luz debes de ser para romper
las ecuaciones, la virginidad de la distancia

*

Entre los relieves del lenguaje
en la curva mítica del agua
en la hoguera que estira sus brazos
(origen tratando de alcanzar el origen)

detrás de la presencia de aquél que sigue tus pasos
en la profunda mirada del niño
en cada fotografía del álbum
en el beso que abre la noche

: el único verso

*

Una galaxia de palomas revolotea
ilumina el espacio
se divierte en el tiempo

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