­Dos cheves, dos wiskys con Juanito Podrido.

En el lapso de dos horas la plática con Juan Mendoza a.k.a. Juanito Podrido fue un viaje por la Ciudad de México. Nos instalamos cómodamente en un anticuado bar, apestoso a humedad, en el segundo piso de Forum Buenavista para desde ahí viajar a distintas épocas, cuando la contracultura germinaba en fanzines y los más desarrollados se transformaban en revistas de edición periódica. En esos espacios carentes de ciber-tecnología se fraguaban las letras que a la postre se convertirían en referentes, faros en noches de niebla, a los cuales seguir para surcar con mediano éxito las tormentas del sistema y las convulsiones sociales que apuntaban en todas direcciones. Así pues, querido lector, mientras tomamos unas bebidas y el tecladista del bar Sanborns vive el acto más notable de la imaginación al fantasear que sus melodías son escuchadas por centenas de enardecidos melómanos; Juan y yo, los únicos presentes, en el rincón más apartado, tratamos de darle orden y sentido a nuestras ideas para charlar sobre el oficio de escribir en nuestro México, enfermo cuasi terminal de innumerables afecciones.

–Juan, ¿cómo te relacionas con los protagonistas de la contracultura?
–Cuando era chavillo entré a trabajar a Generación, una revista contracultural que se encontraba en auge junto a otras dos, Nitro y Moho. Trabajando en Generación, mi jefe, Rentería, me presentó a los editores de Moho, Viceversa y Nitro, entre otros. Mis primeros escritos se abrieron paso gracias a mi trabajo en Generación. Trabajar ahí me dio herramientas para poder conectar con diversos fanzines y que ellos publicaran mis primeros escritos. Siempre intenté que revistas como Nitro y Moho publicaran algo mío, pero en aquella época no lo logré. Nitro manejaba a escritores de la talla de Bares, Esquinca y Servín. Recuerdo que en una oportunidad le di una novela a Fadanelli, mi cuarta novela, la leyó y tenía posibilidades de convertirse en una publicación. Estaba muy contento, pero al poco tiempo él se fue a vivir a Alemania y se pausó todo el proyecto Moho.

–¿Qué cosas tienes que contar para que tus novelas sean publicadas en México?
–Tú sabes que ahorita una novela no es descubrir el hilo negro, si quieres escribir algo original no vas a poder, alguien ya lo escribió, mejor que tú y hace mucho tiempo. Lo que en dado caso tienes que hacer es trabajar en la manera de contarlo para poder atrapar al lector.

–¿Cómo te acercas nuevamente a Fadanelli?
–Lo invité a mi podcast, No Muy Punks, y fue un episodio épico que se prolongó hasta el amanecer envueltos en charlas y alcohol. Ser editado por Moho es un gusto personal, un capricho de adolescente que tenía que cumplir. Es como volver al Alicia (Multiforo Cultural Alicia) donde sabes que venden chela tibia y los baños están bien sucios, pero vas feliz de la mano de la nostalgia. Mi corazón quería publicar una novela en Moho, aunque sea una. Después de ese programa le envié Fábrica de chocolates y desde ese momento a diciembre 2022 pasaron aproximadamente dos años para verla publicada.

–Qué buena anécdota, Juan. Entrando en detalles de Fábrica de Chocolates, ¿existe un paralelismo entre los protagonistas tus obras: Mi reflejo en una montaña cubierta de nieve (Nitro/Press 2017) con el protagonista de la nueva novela?
–De hecho es una trilogía, la primera de nombre: Ya puedes olvidarlo… (Ediciones Generación 2014), la segunda: Mi reflejo en una montaña cubierta de nieve publicada por Nitro y la tercera: Fábrica de Chocolates. En las tres novelas se narran las aventuras del mismo personaje.

–Oye, Juan, hablando de Mi reflejo en una montaña cubierta de nieve, ¿qué tan complicado fue escribir la contratación de los servicios de un travesti del metro Revolución?
–¡Ájale! es complicado, los escritores hacemos trampa porque, aunque no puedes escribir de algo que no conoces, el escritor se aproxima a la información recopilando lo que le cuentan y algo que sí hice fue preguntarle directamente a un trabajador sexual sobre el costo del servicio y cómo era la onda. Así me enteré de más elementos que me permitieron proyectar la imaginación y mezclarla con habilidad narrativa para que el lector se lo creyera. Porque sí me pasó, pero a medias –da un trago largo al escocés.

–Juan, ¿la escena donde el protagonista termina en el Torito, también fue una proyección de la imaginación?
–No, eso sí me pasó –la carcajada es inevitable.

–Juanito, en las andanzas de Jaime Pérez Paniagua, emerge la cotidianidad de toda una generación. ¿Consideras que ahí está el mensaje contracultural de tu propuesta?
–Carlos Rentería (Generación) decía que la contracultura siempre va a vivir con la cultura ordinaria y popular. En cuanto se mueva la cultura, la contracultura también se mueve. Es una resistencia a los cánones que dictan lo que debe ser cultural y lo que debe ser leído. El movimiento contracultural subvierte al mainstream en todos sentidos.

–Juan, ¿la trilogía concluye en Fábrica de chocolates?
–Agüevo que no, tengo 10 novelas terminadas sin publicar y comenzadas otras tantas. Habrá más de Jaime Pérez Paniagua.

Las historias de Juanito se desenvuelven en escenas de la Ciudad de México. En la primera novela de esta trilogía el personaje principal nos narra sus aventuras en la escuela preparatoria; en la segunda nos logra transmitir la ansiedad y los conflictos existenciales del protagonista en busca de sentido que desea ser reconocido como un escritor y si es maldito, mejor; en la tercera parte de la trilogía el personaje ha pausado momentáneamente sus deseos de convertirse en escritor para afrontar nuevos compromisos, obtiene un trabajo en una fábrica de chocolates pero persiste en el deseo de ser publicado, ¿lo logrará?

Juan Mendoza ha publicado con las tres editoriales contraculturales más emblemáticas de México, un verdadero hito en su carrera.

Nuestra charla se prolongó al ritmo de melodías pegajosas, platicamos sobre sus métodos para escribir y la importancia de la generación de audiencia. También debatimos sobre la relativa importancia de los premios literarios y otros temas. Las letras de Juanito Podrido están a la espera de ser captadas por los amantes de la contracultura. Si te interesa el tema no dejes de leer sus obras y de escuchar el programa que realiza junto con su brother Morcillo llamado: No Muy Punks, el podcast donde entrevistan a diferentes escritores y protagonistas de la contracultura nacional. Todos los sábados por Mariguana Radio.

Después de algunos tragos, él de whisky y yo de cerveza, nos despedimos. Se ofreció a pagar la cuenta al mismo tiempo que dejó su vaso vacío sobre la mesa. Cuando salimos del bar el tecladista interpretaba una melodía de la chica de pies descalzos y sueños blancos. En ese momento nadie podía adivinar la que se le armaría a Pique.



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