Un taco de sal es mi abuela después del almuerzo. Un taco de sal es la sed de masa de maíz hecha rollito. El taco somos Amacuzac y yo formadas bajo el sol. La sal sin limón de mi cabello. Somos la fila y la servilleta bordada extendida. Somos 10 pesos de tortilla. El camino empedrado que lleva el chiquihuite.
Un taco de sal es la masa recién cocida quemando mi lengua. Es mi abuela esperándome. Es la casa verde y su jarra de agua, de guayaba rosa.
Mi abuela es una mujer de brazos gorditos y ojos alimonados, de voz decidida y energía voraz. Es buena para los negocios. Habla dando órdenes, canta hasta el llanto y ríe con la mano en los labios. Su palabra favorita es mija: es tener a sus hijas en la boca.
Nos sentamos en su mesa con mantel y forro de plástico transparente. Las sillas tejidas con paja crujen. El día es azul, la panza rechina, los gatos nos miran, la televisión duerme y el ventilador corre con prisa. La tortilla es un recordatorio de cientos de ayunos. El taco de sal nos cae dulce en el hambre. La cal se desdobla en mi boca. La masa hecha bolitas cae por la resbaladilla de mi esófago. La sonrisa de mi abuela entra por mi nariz. Me hace otro taco y siento que me abarca suavecito. ¿Es a mí a quien abrazan sus manos? El taco es un abrazo. La sal se dispersa en toda mi lengua. La sal se convierte en piedra. Tengo un monumento de sal por dentro.
Rosa Elsa Sánchez Villegas nació en Cuernavaca, Mor. México en 1984.
Estudió la Maestría en Creación Artística en el Centro Morelense de las Artes, y es diplomada en Arte y Género de la misma institución. Estudia el diplomado de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores Ricardo Garibay en Cuernavaca, Morelos. Es maestra en Ciencias de la Salud por el Instituto Nacional de Salud Pública. Ha sido gestora cultural del Festival Internacional de Poesía y Arte Grito de Mujer de 2019 a la fecha. Participó en la exposición colectiva “Caleidoscópicas” en la galería del paraíso del café en Cuernavaca, Mor. En 2020 publicó dos ensayos: “La imagen y su reflejo”, “Amor, construcción del ser, tiempo”; una animación con el mismo título; el libro de artista “Habitando en tiempos de Covid” y la obra de videoarte “Deseo” en la “Bitácora de un corredor en el encierro” del Centro Morelense de las Artes. En el mismo año expuso las piezas “El corazón casa” y “El corazón casa de la artista” en la exposición Mujeres proCreando Arte en el Museo Arte Presente. Participó con una fotografía de la serie “Habitantas” en el proyecto “Diarias Global” de Lorena Wolffer. La fotografía fue publicada en la portada de la página del MUAC.
Participó en la antología de cuento “Mundos Inventados” publicado en 2021, del Fondo Editorial del Estado de Morelos y en la revista digital “Letras insomnes” en 2020. En noviembre de ese año, participó en la organización y como tallerista de “Cartas que danzan”, un proyecto cultural multidisciplinario ganador de la convocatoria Correr con Lobas, de la Dirección General de Promoción para la Paz de la Secretaría de Turismo y Cultura de Morelos, a través del fondo Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura AIEC. Realizó talleres de creación artística con bordado, en la Instancia de la Mujer en Jiutepec en 2021, en el que se abordaron reflexiones en torno a cómo habitamos las mujeres.
Actualmente se encuentra impartiendo una laboratoria de arte textil en “Ollin estudio de danza y experimentación artística”, de enero 2022 a la fecha, en colaboración con Gris Botello, en Cuernavaca, Mor.
Está bien bonito este texto, Ros. Me quedo con ganas de un taco de abrazo de sal 😉
Simplemente me encantó. Hermoso, hermosísimo.