Coito infernal

Coito infernal… El Vigilante.

            Cada noche me invade el deseo y la necesidad de buscarte. Sé que estás ahí, esperándome y dispuesta a desatar lo que nos caracteriza. Horas de intensa pasión mutua donde la lujuria nos consume en múltiples orgasmos mutuos. Cuerpos mojados que evaporan la sensatez de la libido y que se detienen en espasmos etéreos.

            Te observo y me recuesto en tu aposento esperando a que reacciones a mi tacto y subas delicadamente atravesando mis sensaciones.

Coito infernal que quema las prendas y lacera el cuerpo. 

            No me importan las marcas siempre y cuando sean las tuyas.

            Tres años van que camino a tu hogar, de noche y de día para saciar el éxtasis.

            Ya no me importa nada. Solo quiero estar contigo siempre.

            Sé que te gusta estar ahí, yo también te observé y esperé el momento exacto para estar juntos.

            Puedo estar cuatro horas viéndote, hasta que vengas a mí y me poseas en tu espacio.

            Fusionarnos en inmaterialidad de los planos consientes de cada uno de nuestros mundos.

                        Yo aguardaré hasta que vengas a mi y me poseas.

            Hoy, el vigilante del camposanto, aquel que te ha visto, me prohibió estar desnudo sobre tu tumba.

            Yo sé que él ha estado atento más tiempo que yo….esperando a  que aparezcas y deseando enredar sus dedos en tu cabello de color de plata mientras lee  tu epitafio.

Para la mejor amante”

Ana Ruiz

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *