Cena Navideña

¡Niña no te estés mordiendo las uñas! Estoy harta de decírtelo. Ya casi llegas a la carnita. Tienes deformados los dedos ¿Quieres acabar comiéndote?
Los regaños y las súplicas de su mamá no surtían ningún efecto, Marcela continuaba mordiéndose las uñas, hasta sangrarse. Y el sabor dulzón le empezó a gustar.  No había remedio que sus padres no probaran. Marcela seguía mordiéndose.
Hasta que un día, vísperas de Navidad su mamá decidió darle un castigo ejemplar y le dijo:
—Hoy es la cena de Noche buena, van a venir tus tíos, primos y amigos de tu papá. Y como no quiero que des un espectáculo vergonzoso, te vas a quedar aquí sola. Encerrada en tu cuarto, sin regalos ni cena. –Y diciendo eso salió dando un fuerte portazo.
Marcela muy tranquilamente continuó mordiéndose las uñas, los dedos, las manos, los brazos…Y esa fue la mejor y última cena navideña que pudo tener.

1 comentario

  1. Gracias por la publicación a Miguel, colaboradores y compañeros.
    Una Feliz Navidad para todos. Y espero que su “Cena Navideña” sea mucho más agradable.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *