Café cubano y galletas Marías
Para mi mejor amigo. Acompañado por los primeros compases de un bolero que ya no recordaba, Kevin deslizó su abrigo cuidadosamente planchado del perchero y se lo colocó mientras admiraba su figura en el espejo de la pared. El rostro avejentado de un atractivo semental de setenta y seis añosCuéntame más…