Narrativa (Page 165)

Bebí mi taza caliente de canela que hizo mi madre para merendar, o tan siquiera intentar calentar un poco la panza. No se podía estar con el ventarrón de afuera. De sorbitos le bajaba el condenado frío a la noche. Temblaban mis manos al sujetar la taza de barro, peorCuéntame más…

—¿Conde? Pero si en México no se reconocen los títulos de la nobleza. Usted no es más que un hombre muy extraño a quien he soportado porque paga muy bien; pero si quiere seguir tratando con todas mis chicas, le advierto que le cobraré el doble, porque no se quéCuéntame más…

Los días avanzan. Mamá ha olvidado sus gustos y tiene la cara más flaca. Ya no recuerda qué tanto le gustaba el dulce de guayaba, ni que los viernes salía de casa para ir a jugar canasta con sus amigas. Se ha vuelto mi niña, la pequeñita, que a laCuéntame más…