Un último rezo
Te intenta atrapar pero la esquivas de nuevo. Es inútil seguir escondido y huyes cerrando puertas por detrás para ganar unos minutos. Desciendes varios pisos y sales a la ciudad que vaciaron desde días atrás. Corres rumbo a la iglesia del barrio: “Allí hay esperanza” murmuraron tus vecinos antes deCuéntame más…