Narrativa (Page 131)

—Oye, ¿jugamos a las escondidas? —dijo Carlitos al niño que acababa de conocer. —¡Si! Pero tú cuentas —respondió. —Uno, dos… Segundos después, exclamó: —¡Listos o no, allá voy! En ese instante, el velador hacía su rondín nocturno por los pasillos de la morgue. —¿Quién anda ahí? —gritó, alumbrando con suCuéntame más…

Le daba por escuchar “Las Mañanitas” aunque no fuera su cumpleaños, llorar a lágrima viva y sostenerse por dos de sus chicas en cada brazo, bebía güisqui de la botella, daba voraces besos que pretendían arrancar los labios de sus putas favoritas. La Serafina o la Cindy apenas podían conCuéntame más…