El día que salvé el sábado
Vivía en Cacalchén, una especie de isla en el centro de la planicie yucateca. Dos vías férreas descansaban sobre pesados maderos llamados durmientes. Eran casi las únicas conexiones que los del pueblo teníamos con el mundo exterior y, por ello, era el principal medio de salida y entrada. Dos ferrocarrilesCuéntame más…