¡Eres una bruja!
¡Eres una bruja! Esa fue una frase que recuerdo haberle dicho a mi madre en un momentode furia absoluta. Esas palabras reproducían el odio que en aquellos momentos yo sentíahacia mi figura materna. Ese odio me duró varios años. Yo fui una adolescente que creció bajo dos mandatos: el deCuéntame más…