Desde mi ventana te veo, Brian.
Cada fin de semana, sentado en la acera frente a la casa de la mujer que te trajo al mundo. Las ventanas han cerrado sus ojos, la puerta de madera vieja, apolillada, no emitirá su doloroso crujir cada vez que la abren. Desconoces, Brian, que por dentro hay un candado inmenso de desamor que tu madre pule a diario. Ella, se asoma por debajo de su puerta para mirar tus pies grandes, agrietados, oscuros de uñas largas y sucias. Golpea su vientre. Se persigna alejándose, refugiándose en algún rincón; como huyendo de un demonio. No sabe que los demonios no lloran. Como arácnido, se refugia en su telaraña con recuerdos atrapados; en el hombre viejo y sucio que ultrajó su adolescencia; tu arribo obligado; en tu rostro, que heredó sus facciones.
A veces he intentado hablarte, pero solo buscas el eco de tu madre. Me he asomado a tus ojos. Tus pupilas inmensas, dilatadas hasta el infinito, han derramado un mar. Continúas ahí, hasta que el domingo duerme y el lunes despierta. Recoges lo que te he dejado a un lado: comida, agua, jabón y un cambio de ropa. Te puse como siempre, pan con mantequilla y mermelada. Es muy triste que el amor no pueda untarse.
Han transcurrido catorce días sin ver a Brian. Su madre, por fin, abrió su puerta.
Egna Patricia Martínez Salazar, nació en Navojoa, Sonora el 15 de noviembre de 1962. Norteña de nacimiento, sureña por adopción. Estudió la carrera de licenciado en optometría en el IPN, CdMex. El ejercicio de escribir lo retomó después de cursar el taller: “Mujer, escribir cambia tu vida”, éste cimbró, entre otras cosas, los cimientos de la pasión por escribir que tuvo en la adolescencia. La impulsó a cursar el diplomado en la Escuela de Escritores Ricardo Garibay y tomar cursos y talleres con diferentes escritores. Actualmente es miembro activo del taller de cuento Alcatara liderado por el escritor Arturo Núñez Alday. Como las abejas, de maestro en maestro, de un libro a otro, tratando de polinizar las hojas en blanco.
Felicidades Egna, más que de ficción me pareció muy metafórico el relato. Es un poema!!
Me parece que este escrito exhibe una habilidad notable para crear atmósfera y transmitir emociones intensas. La narrativa profundiza en la complejidad humana y destaca la conexión entre los personajes de una manera conmovedora. La metáfora del candado de desamor y la imagen de los ojos de Brian dilatados agregan profundidad y significado. En general, es una pieza cautivadora que invita a la reflexión sobre las complejidades de las relaciones familiares y la lucha contra el dolor pasado.
Qué triste…
Me gustó, retrata muy bien el entorno de la trama, y proyecta la tristeza tan profunda de una madre sola, de su triste embarazo, y de su hijo que no ha podido encontrarse con ella.
Mi querida Egna Patricia, qué gusto el leer este tu escrito… Wooow hay talentooo!!! , gracias por compartir, te mando un fuerte abrazo. Con cariño.