Bocanada

Estoy sin aire, como tú, hermana. Una bocanada hubiese bastado para que alcanzaras ese trozo de madera. Pero no pudiste. Y aquí estoy, sola, aferrándome a la base de la cama como tú lo debiste haber hecho con aquel improvisado salvavidas. No me queda más que esperar a que pase esta sensación que me parte el pecho cada vez que despierto con la imagen de tu cuerpo hundiéndose.

1 comentario

  1. Sorprendente chico!!! Lo conozco desde bebé!! Me encantan sus historias!! Lo digo en sus escritos!! Familia de hábito en la lectura!!! Felicidades mil!!! No lo pierdan!

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