Algún día la tierra fue nuestra
—Realmente interesante —dijo Oicintló, mientras con sus manos mecánicas acariciaba los alambres blandos y verdes —. Creció de tamaño. Y sin necesidad de agregar o quitar sus partes mecánicas —observó él, sorprendido. Semanas atrás, Oincintló y yo habíamos caminado hasta el norte del planeta, pues nos gustaba caminar largas distanciasCuéntame más…