El interprete
Sebastián siempre quiso ser músico, pero nunca lo logró. Tenía buen oído y el ritmo no le costaba trabajo, eran las partituras las que nunca pudo entender. Algo había en todos esos signos: negras, blancas, corcheas, líneas, ligaduras y todos esos “jeroglíficos” que jamás pudo traducir. Tomó clases de solfeo,Cuéntame más…