Dos cuentos breves
Los obsesivos pasos que persiguen mi nombre Mi nombre es X. Como sospecharán, ese no es mi verdadero nombre ¿Cómo podría serlo? Tuve que ocupar una letra ridícula, mínima, para proteger el anonimato. Digamos que es lo mejor. Sucede que el tipo del que hablaré, llamémoslo Z, es obstinado, muyCuéntame más…