Corren por la casa
Escucho sus voces por la noche. Cuando limpio mi habitación a la mañana siguiente, los encuentro. Son dos; se esparcen como el polvo. Intento capturarlos, pero corren por la casa, se esconden entre los muebles y rasguñan las cosas. Alcanzo a uno. Muerde con sus dientes chiquitos mi mano. LoCuéntame más…